Para la mayoría de personas, el tiempo de reposo ideal está entre las siete y las ocho horas por día. Pero, para unos pocos, dormir seis horas son suficientes para sentirse descansados a la mañana siguiente. Los expertos atribuyen estas diferencias al misterioso funcionamiento de los ritmos circadianos, aún en estudio. Ahora, un nuevo estudio ha descubierto una posible explicación a este fenómeno: una rara mutación genética que tendrían quienes necesitan pocas horas de sueño para descansar bien.

La historia de este hallazgo es curiosa. Con una familia singular. Un equipo de científicos de la Universidad de California secuenció el genoma de una familia en la que varios miembros afirmaban necesitar menos horas de sueño que la media de la población para sentirse descansados. Los resultados, publicados en la revista Neuron, mostraban la presencia de una variante genética rara del ADRB1, presente en aquellos que se daban por satisfechos tras dormir seis horas.

El análisis desveló que la versión mutante de este gen es menos estable y su alteración podría tener consecuencias funcionales en el cerebro. Y apunta a que la mutación contribuiría a que las neuronas sean más activas y que el sueño corto es sostenible.