Por si a alguien le quedaba alguna duda, el amor no entiende de edad, sexo, ni raza. La historia de Gobi y Dion Leonard lo ratifica. Gobi es un perro y Dion Leonard, un inglés aficionado a las carreras extremas.

Precisamente en una de ellas sus vidas se cruzaron por casualidad y han conformado una de las historias más tiernas que se recuerdan entre un ser humano y un perro. Todo comenzó cuando Dion Leonard viajó a China para correr un ultra maratón de siete días a través deldesierto de Gobi en China, en el sistema montañoso de Tian Shan.

EL PUNTO DE PARTIDA

Dion se acercó a la línea de salida el primer día de competición cuando se percató que un perro callejero le seguía. El corredor le hizo unas cuantas caricias y se dispuso a iniciar la competición. "Empecé en la salida cuando vi a Gobi a mi lado y pensé este perro no va a durar todo el día, pero ella (Gobi es una hembra) todavía estaba conmigo al final de la jornada. A partir de entonces no se fue de mi lado", ha explicado Dion a la 'BBC'. Desde aquel primer día de carreraGobi acompañó a Leonard en todas las jornadas, menos en una.

Gobi, que hasta entonces era un perro abandonado, se convirtió en la sensación del ultra maratón. Los corredores y los organizadores bautizaron a la perrita con el nombre de Gobi en honor a la competición y le dieron los mejores cuidados. Incluso le permitieron dormir en la tienda del corredor inglés.

Dion estaba encantado y sorprendido de la fuerza física que demostraba la mascota en cada una de las salidas. Incluso la peculiar pareja logró alzarse con el primer puesto en una de las jornadas, por lo que los organizadores impusieron la medalla correspondiente a Dion y, como no podía ser de otra manera, también a Gobi.

LA BÚSQUEDA

Cuando terminó el ultra maratón, de 250 kilómetros, Dion tuvo que volver a Edimburgo (Escocia), donde reside, pero antes quiso dejar a Gobi con un amigo en China mientras él, desde el Reino Unido, organizaba los trámites para poder adoptarla y traerla de China.

Pero todo se ensombreció cuando a principios de esta semana Gobi, que debía viajar a Pekín para iniciar las pruebas de cuarenta antes de viajar a Edimburgo, se escapó y desapareció en la ciudad de Urumqi (China).

Leonard voló rápidamente hasta China para buscar a su fiel amiga: "Tenía que ir y buscarla, sólo para estar tranquilo conmigo mismo por haber hecho todo lo posible", ha asegurado en una entrevista. La complicada búsqueda en la ciudad china en la que viven cerca de tres millones de personas se alargó unos cuantos días. Después de un par de falsas alarmas, Leonard era escéptico. "Me daba miedo tener que volver a casa la próxima semana sin ella", ha declarado.

EL REENCUENTRO

Pero finalmente, el pasado miércoles por la tarde un hombre chino y su hijo llamaron para decir que habían visto a un "pequeño perro perdido en un parque" y que lo habían recogido. Dion se mostró cauto pues la fotos que le enviaron no le permitían ver si era Gobi, debido a la mala calidad de las imágenes, pero decidió acudir a la cita.

Según ha contado Leonard al 'Washington post', "al entrar en la habitación, donde había una decena de personas, yo pensaba que no iba a ser Gobi. Pero entonces ella me vio y empezó a correr hacia mí". La perra empezó a jugar con Dion y a dar ladridos de alegría. "Fue simplemente alucinante pensar que la había encontrado. Fue un milagro".

El reencuentro no hubiera sido posible sin la colaboración de los medios de comunicación, las redes sociales ni los voluntarios que empapelaron la ciudad de Urumqi. Dion asegura estar abrumado por la cantidad de "guardias, taxistas, limpiadores, vendedores y ciudadanos" que han ayudado durante las largas sesiones de búsqueda. Además, agradece las cerca de 20.000 libras (unos 23.000 euros) que ha conseguido mediante 'crowdfounding' para pagar los trámites de adopción.

"Me quedaré aquí todo el tiempo que sea necesario para asegurarme de que todo está en su lugar", afirma el inglés. Por lo que la peculiar pareja deberá permanecer 120 días en Pekín, tiempo en el que Gobi deberá estar en cuarentena para asegurar que puede viajar al Reino Unido sin problemas. "La visitaré cuando me dejen y espero estar con ella en casa para Navidad", concluye el corredor.