La factura de organizar la Cumbre del Clima COP25 de Madrid no será pequeña. «Claramente por encima de los 35 millones de euros» que costó la más barata, aunque mucho menos que los 178 de la más cara, la de París, según la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que todavía no puede precisar la cifra exacta. Para rebajarla, el Gobierno busca contra reloj patrocinadores para los que ha establecido los beneficios fiscales máximos previstos en la ley de mecenazgo en un real decreto ley aprobado ayer por el Consejo de Ministros.

Desgraciadamente, el dinero invertido por la organización de Chile se perderá porque se gastó en los pabellones del solar del parque del Bicentenario de la capital de este país que debía albergar el evento. Se intentará que la mayoría de los patrocinadores conseguidos por Chile mantengan su compromiso y compensar las renuncias con nuevas empresas, algunas de las cuales ya han mostrado su interés.

Los incentivos fiscales serán los máximos previstos, para lo que la cumbre se declara en el decreto «acontecimiento de excepcional interés público». El decreto también faculta al Gobierno a utilizar el procedimiento de «emergencia» previsto en la legislación para la contratación de empresas y proveedores externos de servicios. Dada la premura de tiempo, ni siquiera el habitual procedimiento de urgencia garantizaría llegar a tiempo. La COP 25 será del 2 al 13 de diciembre.

La cumbre ocupará un total de 113.000 metros cuadrados de Ifema. Como es habitual, dispondrá de una zona, la azul, destinada a las negociaciones y a las delegaciones oficiales de los países, y otra, verde, donde la sociedad civil organizará actividades.

RIBERA, AL FRENTE // Otro real decreto aprobado también por el Consejo de Ministros nombró a los responsables del operativo al crear el Comité Organizador de la COP25, que se reunirá por vez primera el lunes. Este estará presidido por Ribera y, además de representantes de diversos ministerios, incluirá a la Comunidad y al Ayuntamiento de Madrid.