De las evaluaciones finales o reválidas previstas en la LOMCE no va a quedar más que el nombre. El ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, ha cedido gradualmente en los últimos meses a las exigencias de la oposición y de las autonomías --entre ellas la Comunitat Valenciana-- hasta alcanzar ayer un acuerdo prácticamente unánime de hacer una prueba de final de Bachillerato casi calcada a la antigua selectividad que solo servirá para acceder la universidad. Las evaluaciones finales de Primaria y ESO serán de carácter muestral. Además de no tener efectos académicos ni siquiera deberán llevarlas a cabo todos los centros.

Hacia muchos años que una Conferencia Sectorial de Educación no acababa con un acuerdo tan amplio. «Hemos dado el primer paso para el Pacto por la Educación», dijo el ministro a la salida. Genaro Alonso, consejero de Educación de Asturias, salió en representación de todas las autonomías del PSOE para expresar que fue «un encuentro casi sin precedentes» y «el preludio de un nuevo periodo que tendría que culminar indefectiblemente en un Pacto de Estado». La reunión apenas duró hora y media.

La incertidumbre en la que ha estado sumidos los estudiantes de Bachillerato en lo que va de curso se ha acabado. La nueva Selectividad se parece a la vieja en que solo habrá que examinarse de las cuatro materias troncales de 2º de Bachilletrato. Filosofía no entrará. Bastará sacar un cuatro para acceder la universidad. Los estudiantes podrán examinarse de dos optativas para subir nota hasta 14 (para acceder a universidades más exigentes, como Medicina). El contenido lo diseñarán las universidades, sin que sea obligatorio hacer preguntas tipo test y los resultados serán válidos para entrar en cualquier centro de España. Méndez de Vigo apuntó que la única diferencia significativa con las antiguas pruebas de acceso a la universidad (PAU) es que el ministerio «tiene más margen» a la hora de «establecer las matrices de la prueba».

La LOMCE ya estableció que las pruebas de 6º Primaria no tenían efectos académicos, pero con el acuerdo pierden también su carácter censal y serán también muestrales. Las comunidades autónomas las harán solo en algunos centros que decidan. Es lo que 12 autonomías rebeldes hicieron el curso pasado, ante lo que el ministerio les pidió explicaciones por escrito y luego presentó recursos contra algunas.

El Gobierno se ha comprometido a retirar esos recursos, según Méndez de Vigo. «Las comunidades que han presentado recursos contra el Gobierno también harán lo propio», dentro del «ambiente de consenso» en el que se encuentran ahora, añadió. Del consenso total se descolgaron, sin embargo, Cataluña, Euskadi y Navarra, porque en las pruebas consideran que «se invaden competencias autonómicas».

A PARTIR DE AHORA / ¿Tras este acuerdo, se pueden dar por muertas las reválidas? No es lo que dice la letra del decreto acordado. Se trata sólo de una suspensión de temporal «para dar tranquilidad» hasta que se alcance el pacto educativo, según el ministro.

Será el pacto, si se alcanza, el que establecerá que pasa definitivamente con las pruebas. El PP irá a la Subcomisión del Congreso que deberá redactarlo con su propuesta de reválidas intacta, aunque las concesiones del ministro puedan apuntar que quizás sea lo primero a lo que renuncie. Tampoco es previsible que el PSOE renuncie a la proposición de ley de derogación de la LOMCE que se tramita en el Congreso apoyada por todos los grupos parlamentarios excepto el PP.