Un incendio declarado el sábado en la cumbre de Gran Canaria ha podido ser contenido esta tarde de domingo tras devorar casi mil hectáreas y obligar al desalojo de un millar de vecinos. Un despliegue de medios aéreos y terrestres tratan de extinguir el fuego, aunque la situación podría empeorar en las próximas debido a la previsión de fuertes vientos, que podrían alcanzar rachas máximas de entre 40 y 70 kilómetros por hora.

El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, ha comparecido esta tarde de domingo en rueda de prensa para dar cuenta de la evolución del incendio originado en el paraje de La Peña de Juncalillo, en el municipio de Artenara. El origen fue la negligencia -manejando maquinaria- de un vecino de Telde, que fue detenido. Como consecuencia del avance del fuego fue necesario evacuar una veintena de núcleos poblacionales de Tejeda, Artenara y Gáldar, y cientos de vecinos pasaron la noche del sábado en albergues. No obstante, muchos han vuelto hoy a sus casas.

Torres, quien ha informado de que la Montaña Sagrada de Gran Canaria -declarada en julio Patrimonio de la Humanidad- no ha sufrido daños, ha destacado el "magnífico" trabajo desarrollado por los efectivos terrestres, entre 500 y 600 personas que siguen trabajando en distintos turnos en las labores de extinción. También de los operativos aéreos, diez helicópteros y una avioneta, que han permitido contener el fuego en un perímetro de unos 23 kilómetros en torno a más de 900 hectáreas afectadas. Para ello han cavado zanjas y humedecido todo ese contorno, con el reto de que las llamas no lo traspasen y alcancen cotas más altas.

METEREOLOGÍA DECISIVA

El desarrollo del incendio en las próximas horas estará en manos de la meteorología. Por una parte, se prevé una bajada de las temperaturas en la cumbre, lo que beneficia a los trabajos de extinción, pero en paralelo se ha activado la prealerta a partir de la próxima medianoche por vientos que pueden ser importantes, de entre 40 y 70 kilómetros por hora. Ello supone una "mala noticia" porque la llegada del viento puede hacer que la contención lograda sea insuficiente, ha destacado el presidente canario. Si el viento es superior a 70 kilómetros por hora, hay un "riesgo alto" de que se reavive el fuego, lo que podría dificultar la operativa.

Según los últimos datos, todavía quedan cerca de sesenta alojados en albergues habilitados por los ayuntamientos. Se tiene constancia de que una vivienda se ha visto afectada, pero habrá que esperar a la extinción completa para valorar otras consecuencias.