Todo comenzó a principios de septiembre. Los surferos y buceadores que se sumergían en las frías aguas de la playa de Khalaktyrsky, en la lejana península de Kamchatka, se quejaron de "dolores de cabeza, irritación en los ojos y visión borrosa", ha denunciado a EL PERIODICO Elena Sakirko, al frente del departamento de Energía en la sección rusa de la oenegé medioambiental Greenpeace. Inmediatamente después, fotografías de cadáveres sobre la arena pertenecientes a la fauna marina local, ya fuesen cangrejos, pulpos o crustáceos, comenzaron a aparecer en las redes sociales, lo que desató la señal de alarma entre los activistas locales del medioambiente. En los últimos días, científicos locales han identificado sobre la superficie marina una enorme mancha espumosa de 45 kilómetros de largo por un centenar de metros de ancho, que navega a la deriva frente a este tramo de costa del Extremo Oriente de Rusia.

"No sabemos aún el origen de la contamicación, tenemos algunas sospechas sobre un polígono de pesticidas pero no podemos determinar lo que ha sucedido", ha continuado la activista. Eso sí, "el 95% de la fauna" que habita en el fondo marino de la playa ha perecido como consecuencia de la contaminación, concluye Sakirko. Ante el empeoramiento de la situación, el organismo ha dirigido mensajes a varios organismos estatales, entre ellos Rospotrebnadzor, encargado de velar por la seguridad de los consumidores, y Rosprirodnadzor, al frente de la protección del medio ambiente, pidiendo respuestas y exigiendo actuaciones inmediatas. No excluyeron al Ministerio de Defensa, ya que el Ejército cuenta con instalaciones militares en la región.

Presión popular

Ante la presión popular, en los últimos dñias la Fiscalía General de Rusia ha abierto una investigación, aunque sin determinar sospechoso o acusado, mientras que Rosprirodnazor ha publicado este mismo viernes los resultados de los test realizados en los ríos que desembocan en la bahía de Avacha, hallando cantidades elevadas de hierro, fosfatos y fenol, una sustancia bactericida que se emplea en la fabricación de agentes fungicidas. Pese a ello, Greenpeace denuncia que la investigación avanza de forma muy lenta y que no se está haciendo lo bastante. "Los resultados que hemos recibido son insuficientes para mostrar el cuadro completo de lo que ha sucedido", ha denunciado en un comunicado Vladímir Chuprov, director de Greenpeace en Rusia.

De confirmarse los temores de los ecologistas rusos, sería la segunda gran catástrofe medioambiental que sucede en el territorio de la Federación Rusa en un lapso de unos pocos meses. A finales de la primavera, más de 20.000 toneladas de diésel fueron vertidas a los ríos Daldikán y Ambárnaya, no lejos de la ciudad siberiana de Norilsk, por encima del Círculo Polar Ártico. Las autoridades federales declararon en la zona el estado de emergencia, para impedir que la polución llegase a las aguas del océano Ártico.

En esta ocasión, la supuesta polución habría dañado también una zona de "elevado valor ecológico", destaca Sakirko. Una cordillera de unos 160 volcanes, una veintena de los cuales se hallan en estado activo, atraviesa una península que, debido a su remota localización y a la escasa población que en ella habita, posee una naturaleza virgen y de gran belleza. En las costas próximas a Petropávlovsk de Kamchatka, la capital regional, una pequeña ciudad de un tamaño similar a Logroño sin conexión terrestre con el resto de Rusia, es muy frecuente vislumbrar orcas y ballenas, que cada vez atraen a más turistas.