Greenpeace ha pedido a las grandes ciudades españolas que reduzcan el tráfico en un tercio de aquí hasta el 2030 para contribuir a cumplir los objetivos de reducción de emisiones causantes el cambio climático. Se trata de un objetivo ambicioso pero asumible, según la organización ecologista, si se derivan esos desplazamientos en vehículo privado “al transporte público, la bicicleta y los viajes a pie”.

La petición figura en el informe ‘El transporte en las grandes ciudades: un motor sin freno del cambio climático’presentado este miércoles. Del documento se desprende que el transporte es responsable del 10% de las emisiones de CO2 de España y que de ellas, el 40% corresponden a la movilidad en zonas urbanas y metropolitanas.

El informe estima que la movilidad urbana es "probablemente" el sector que mayor potencial de reducción de emisiones tiene a corto plazo, por lo que debe ser un "campo de actuación prioritario" y con exigencias de reducción incluso “superiores a las aplicadas al sector de transporte en su conjunto".

BARCELONA SALE BIEN PARADA

Greenpeace considera que es precisamente este sector "al quemenos se le ha exigido en términos de objetivos de reducción y, consecuentemente, en el que menos se ha actuado para cumplir con los objetivos de reducción globales", según ha afirmado su responsable de la campaña de Energía, Mariano González.

El informe analiza los planes de movilidad de las seis grandes áreas metropolitanas y en este análisis Barcelona es la que sale más bien parada. Es el gran municipio donde más medidas se han empezado a adoptar, mientras que en otros, como Bilbao, “parece que aún no quieren abordar este problema tan importante”. Con todo, Greenpeace cree que “todos tienen aún mucho que mejorar”.