La multinacional de hemoderivados Grifols ha confirmado, con los datos de neuroimagen de sus ensayos clínicos, la eficacia de su recambio plasmático para frenar el alzhéimer leve o moderado, tras lo que se reunirá con la autoridad sanitaria estadounidense para abordar esos resultados.

Según ha informado la multinacional, Grifols ha dado a conocer este viernes en la conferencia Clinical Trials on Alzheimer Disease (CTAD) los datos completos de su ensayo clínico Ambar (Alzheimer Management by Albumin Replacement), con el que trata de demostrar la eficacia de las terapias de recambio de proteínas plasmáticas para atajar esa enfermedad neurodegenerativa.

Grifols se reunirá en breve con la autoridad sanitaria estadounidense, la FDA, para discutir el programa de desarrollo clínico Ambar y el diseño del próximo estudio Ambar II, con el que pretende profundizar y complementar los trabajos llevados a cabo hasta ahora.

El éxito de los ensayos clínicos de Ambar pueden ser cruciales para la multinacional, que cotiza en la bolsa española y en el Nasdaq estadounidense, puesto que el mercado está pendiente de conocer qué potencial uso comercial pude tener la terapia de Grifols.

Recambio plasmático

En la conferencia de celebrada en San Diego, la compañía ha presentado los resultados de los datos de neuroimagen del ensayo, que demuestran los efectos positivos del recambio plasmático en pacientes tratados con albúmina e inmunoglobulina.

En comparación con las personas tratadas con placebo, el estudio ha probado que los pacientes con recambio plasmático presentaban una reducción menor del metabolismo de la glucosa cerebral tras los 14 meses de ensayo, lo que apunta a que pueden haberse reducido sus daños neuronales.

Los datos de neuroimagen corroboran así los resultados positivos obtenidos en las anteriores fases del ensayo clínico, que apuntaron a que el recambio plasmático es capaz de reducir en un 71% el deterioro clínico de los pacientes con alzhéimer breve y moderado.

El pasado mes de octubre, Grifols dio a conocer los primeros resultados del estudio que ahora se ha completado, que demostraron una ralentización del 61% en la progresión del alzhéimer en pacientes en estadio moderado, así como efectos positivos en la memoria, lenguaje y velocidad de procesamiento en pacientes en estadio leve.

El estudio trata de demostrar que se puede frenar la evolución del alzhéimer combinando la extracción periódica de plasma y sustituyéndolo por una solución de albúmina, una proteína plasmática.

Solución de albúmina

Este tratamiento se basa en la hipótesis de que la mayoría de la beta-amiloide, una de las proteínas que se acumula en el cerebro de las personas con alzhéimer, circula en el plasma ligado a la albúmina.

Así pues, el ensayo pretende demostrar que se puede estabilizar el progreso de la enfermedad combinando la extracción periódica de plasma del paciente mediante la técnica de la plasmaféresis y sustituyéndolo por una solución de albúmina, un proceso llamado "recambio plasmático".

Las conclusiones presentadas suponen la cuarta actualización del estudio contra el alzhéimer, tras las que se han dado a conocer en los últimos meses en Lisboa, Los Ángeles y Barcelona.