En el anuncio, un anciano entrega flores a una mujer igualmente vieja. "Próxima apertura. Geriátrico Valle del Sol", se lee en el cartelón. Aún se ve a todo lo ancho de la verja de un viejo complejo hotelero de Alicante. Pero lo que había detrás de la pancarta no es el proyecto de una residencia para cuidar ancianos, sino el de una gran plantación para cuidar arbustos de marihuana.

Agentes de la comandancia de la Guardia Civil de Alicante han desmontado el negocio tras una investigación que ha dado con una forma inédita de esconder plantaciones de cannabis en España: una falsa residencia de ancianos en supuesta construcción.

La operación, que culminó el pasado día 1 y que continúa abierta, pone al descubierto cómo las organizaciones de marihuaneros aprovechan los nichos que les deja la crisis del sector turístico y hotelero.

Un huerto en cada habitación

Por la publicidad se suponía que el antiguo hotel Valle del Sol de Alicante estaría en obras para transformarse en geriático, pero en la finca apenas había más actividad que la de un par de hombres que paseaban con perros cada dos por tres por el jardín reseco, y portando prismáticos con los que observaban desde las ventanas de los envejecidos edificios.

Los dos paseantes eran guardas búlgaros. Uno de ellos había sido objeto de una orden internacional de busca por narcotráfico. Los dos han sido detenidos junto con el español Roberto D. G., supuesto capataz de la red, y están en la prisión de Fontcalent. El Juzgado de Instrucción 3 de Alicante investiga los hechos. Otro posible colaborador del grupo está en libertad con cargos.

La banda estaba convirtiendo en plantación de interior todas las plantas de los dos edificios unidos del viejo Hotel Valle del Sol. El inmueble es uno de los numerosos locales de la costa mediterránea que envejecen cerrados, esperando reforma o demolición.

Los marihuaneros lo habían alquilado y, para despistar al casero y a los vecinos, hacían publicidad del falso geriátrico. La Guardia Civil les ha encontrado notas que indican que la banda planeaba dar continuidad y renovar sus anuncios con otra valla publicitaria, para la que tenían diseñado un boceto. Esta vez preveían que apareciera la foto de una enfermera, y el eslogan "estamos trabajando para abrir nuestras puertas lo más pronto posible".

Hay en España una residencia Valle del Sol auténtica, pero está en Asturias. Esta era una cáscara tan vacía como la propia página web que los narcos vendían en sus anuncios.

Con luz propia

La Guardia Civil ha intervenido a la organización tres cultivos de 1.400 plantas de marihuana y otros dos con 1.000 plantas cortadas, y ha comprobado que ya estaba hecho el cableado para implantar en el resto de habitaciones y en un salón de actos otros 35 huertos indoor. Habitación a habitación, piso a piso, el falso geriátrico estaba destinado a producir 30.000 plantas por año, estiman fuentes cercanas a la investigación del caso.

Roberto D.G., principal detenido en esta operación y al que rendían cuenta los dos búlgaros, no es ningún novato en el mundillo narco de la Costa Blanca, ni un desconocido para las fuerzas de seguridad: el año pasado le cogieron transportando 70 kilos de cogollos de marihuana y 20 de hachís, y en 2015 le detuvieron en posesión de 400 kilos de cocaína.

Los guardas búlgaros estaban al cuidado no solo del edificio y las plantas, también de dos generadores de gasoil valorados en 120.000 euros, y de miles de litros de combustible. Los generadores reunían potencia suficiente como para dar luz a una población de tamaño mediano, los kilovatios precisos para la iluminación intensiva de una plantación tan grande. La banda pretendía ser autosuficiente energéticamente.

Es precisamente el suministro de energía por donde la Guardia Civil empezó a confirmar las sospechas que le habían levantado los extraños paseos en el recinto. El edificio, en un cerro apartado de la ciudad de Alicante, mostraba actividad y luces por la noche, pero los agentes comprobaron que no tenía contrato de suministro con ninguna compañía eléctrica, y pidieron a Iberdrola que hiciera una revisión por la zona, para ver si habían pinchado la luz.

Y sí, la habían pinchado, pero a los pocos días los narcos deshicieron la toma eléctrica fraudulenta. No la necesitaban: ya tenían los generadores.

Cadena de alquileres

Como pantalla, la organización no solo utilizó la publicidad; también una cadena de subarriendos ilegales.

El operador de transporte aéreo Helibética SL es el propietario del edificio, que tenía sin actividad. Carlos F., administrador de la firma Geinmed Alicante, que se presentaba como constructor de centros residenciales para la tercera edad, ofreció a Helibética alquilar el inmueble con opción a compra. Estaba dispuesta a pagar 5.000 euros al mes. Quince días antes del confinamiento de marzo, Helibética aceptó el trato.

Con la desescalada, el edificio cobró actividad y subió de precio: en julio, Carlos F. realquiló ilegalmente el inmueble, esta vez por 7.500 euros al mes, a la sociedad Enso Bussines, cuyo administrador es Roberto D.

Enso Bussines y Geinmed comparten la misma actividad económica declarada, construcción de edificios, y se inscribieron en el Registro Mercantil en la misma semana de marzo de 2019, el día 4 la realquilada y el día 8 la alquilada. Las sedes de ambas sociedades son sendos pisos de Alicante, en la calle Brasil Geinmed, y en la avenida Alcoi Enso Bussines. No constan empleados ni otra actividad en esas direcciones.

Sube el precio de la marihuana

Cuando tuvieran el edificio en pleno funcionamiento, los marihuaneros iban a operar con una alta capacidad de producción -tres cosechas y 2,8 millones de euros de rendimiento anual en el falso geriátrico- en un mercado en el que la pandemia ha elevado los precios. No tanto los del menudeo callejero, que siguen en los cinco euros por gramo de marihuana seca, según fuentes policiales, como los del tráfico al por mayor.

Los golpes de las Fuerzas de Seguridad y las dificultades impuestas por el confinamiento han provocado que la marihuana destinada a tráfico internacional haya pasado de costar 1.500 euros a 1.800 el kilo.

La banda del Valle del Sol guardaba un diario de su horticultura. En sus páginas anotaban ideas, como que convendría tramitar ya la petición de licencia de obra para el falso geriátrico, pero sobre todo apuntaban con minuciosidad qué sectores de la plantación habían pasado a germinar, momento clave. En el diario se aprecian anotaciones de un alijo "Tamporal BCN", con variedades de alta toxicidad y gran capacidad de producción: Amnesia Progen, Magic Queen y Kraken.

Uno de los búlgaros detenidos, camionero de profesión, tiene domicilio en Barcelona. Fuentes cercanas a la investigación no descartan que el grupo almacenara o vendiera parte de su producción en la capital catalana. Pero el destino principal del negocio eran el norte y el centro de Europa.

Por sus cogollos -sacados supuestamente en camión, aunque la instrucción judicial puede poner en evidencia otras formas de envío- cobraban en criptomoneda, que alguien desde países europeos transformaba en euros y los enviaba por transferencia bancaria. Esos pagos hacen sospechar a los investigadores que la red de Alicante respondía a una estructura superior radicada quizá en Holanda o Alemania.

La costa española se ha convertido en un punto de gran atracción para marihuaneros de todo el mundo. Solo en operaciones contra el narco en Alicante, la Guardia Civil ha detectado operadores polacos, chinos, vietamitas, holandeses, marroquíes, serbios, ingleses, lituanos que generalmente trabajan para los ingleses, y, por supuesto, españoles.