Agentes de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil se han desplegado y han intervenido durante las primeras horas de la noche de este lunes para evitar la formación de avalanchas de cientos de mujeres marroquíes cargadas con todo tipo de productos adquiridos en Ceuta que intentan, organizando tumultos, regresar con esos bultos al país vecino a través de la frontera ordinaria del Tarajal, por la que está vetado el trasiego de mercancías salvo en régimen de viajeros.

Fuentes de la Comandancia local de la Benemérita han explicado que los efectivos antidisturbios contuvieron a unas 300 personas en los taludes que se encuentran en las inmediaciones de la Carretera Nacional 352 desde las 19 hasta pasadas las 22 horas, cuando las aglomeraciones se disolvieron.

Las autoridades marroquíes y las españolas pretenden que el comercio transfronterizo se canalice por el 'Tarajal II', el paso peatonal abierto en febrero del año pasado exclusivamente para el tránsito a pie de las personas que sobreviven recogiendo mercancías en Ceuta, que posteriormente llevan a Marruecos, desde este verano obligatoriamente en pequeños carritos, los lunes y miércoles las mujeres y los martes y jueves los hombres.

COMERCIO DE SUBSISTENCIA

Cada día acceden a la ciudad autónoma en el marco de esta economía de subsistencia alrededor de 2.000 ciudadanos del Reino alauita.

Sin embargo, cada día cientos de marroquíes no consiguen o eluden atravesar el 'Tarajal II', donde en ocasiones denuncian ser víctimas de incautaciones masivas de mercancías u otras extorsiones, y se concentran en las inmediaciones de la frontera ordinaria, por la que la Delegación del Gobierno solo consiente la salida con un máximo de dos bolsas de pequeño tamaño y no de productos textiles.

Desde hace meses, cuando la aglomeración de personas es suficiente, los porteadores se abalanzan sobre la frontera por los carriles de la carretera para vencer la resistencia de los controles policiales.

La Delegación del Gobierno ordenó la semana pasada el cierre de una de las puertas de los polígonos comerciales anexos, donde se ubican las alrededor de 300 naves en las que los porteadores recogen sus fardos, y los empresarios respondieron prescindiendo de la seguridad privada que las autoridades exigieron para que pudieran mantener su actividad tras la retirada de las unidades antidisturbios de la Policía Nacional de su interior. El "comercio atípico" permaneció cerrado durante una semana y este lunes se retomó con la reproducción de los incidentes habituales.