Dentro del recinto del Mobile World Congress de Barcelona hay casi 600 cámaras de seguridad que controlarán todos los rincones del recinto. Pero los más de 100.000 congresistas invitados a la cita con las últimas tecnologías de la telefonía no estarán desprotegidos cuando estén fuera de él.

La gran amenaza en los últimos tiempos es el terrorismo yihadista. El Plan Operativo Específico de los Mossos d’Esquadra en materia antiterrorista, activo desde la matanza en la revista francesa de 'Charlie Hebdo' hace más de dos años, dedica especial atención a cubrir grandes acontecimientos, como un concierto de Madonna o como un Barça-Madrid. El MWC, por muchos motivos, es un objetivo de riesgo.

Se tomarán todas las precauciones para blindarlo a pesar de que los servicios de información de los Mossos no han detectado ninguna "amenaza concreta" contra el congreso, aseguró el portavoz del cuerpo, Xavier Porcuna. Al lado de la amenaza yihadista, la tropa de carteristas intimida poco. Pero estos asistirán seguro al congreso; tienen la fecha marcada en rojo en la agenda de su teléfono (robado, por supuesto).

INVITADOS FIELES A SU CITA

Los asistentes al MWC son un manjar irresistible para los carteristas. Los congresistas siempre llevan encima smartphones de última generación y a menudo también efectivo en la cartera y un buen reloj en la muñeca. A pesar de los continuos consejos que les darán en hoteles, taxis y los consulados respectivos, están distraídos compaginando el papel de atribulado congresista con el de turista entusiasta que -sin pareja- se adentra en el ocio nocturno de Barcelona al final de cada jornada.

Los Mossos y la Guardia Urbana intentarán protegerlos, como cada año. En el 2016, los asistentes denunciaron más de 100 hurtos. Es decir, casi 30 de ellos cayeron diariamente en las triquiñuelas que usaron los ladrones para birlarles sus pertenencias sin que se dieran cuenta. La cifra puede parecer elevada pero también significa que fueron muchos menos del 1%.

Fuentes policiales aclaran que la malla que tratará de mantenerlos a salvo de la picaresca de estos delincuentes de mano larga se articulará a partir de dos frentes. Patrullas uniformadas y agentes de paisano. Las primeras saturarán de colores policiales los espacios públicos con el objetivo de disuadir a los cacos. Las segundas lo que perseguirán es sorprenderlos 'in fraganti'.

LAS 24 HORAS

Todos los grupos de Mossos y de Guardia Urbana de Barcelona especializados en delincuencia callejera harán horas extras esta semana. Habrá agentes vestidos con ropa de calle en todos los puntos calientes.

Estarán, sin ser vistos, en las inmediaciones del congreso y cerca de los hoteles de máxima afluencia -como el Mandarín, el Plaza o el Vela-. El plan consiste en tenerlos desplegados por las zonas de máxima afluencia (Passeig de Gràcia, Sants, Sagrada Família o Plaça de Catalunya o Drassanes). Habrá policías de paisano durante las 24 horas del día. Tanto a la salida de los hoteles como durante las escapadas que hagan a las discotecas del litoral de la capital catalana. Esta es la intención de los policías, impedir que los carteristas hagan su trabajo.