El futuro pinta más negro para los jóvenes tras la pandemia sanitaria del covid-19. Si este grupo de edad ya tenía problemas de paro y de acceso a la vivienda, la crisis del coronavirus provocará que ahora tengan mucho más difícil llegar a fin de mes, ya que muchos han perdido durante el confinamiento su trabajo -precario en su mayor parte-, o se han visto obligados a interrumpir sus estudios.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) alerta de que la situación podría acabar en el surgimiento de una 'generación de confinamiento', una suerte de nueva 'generación perdida'.

Según la OIT, uno de cada jóvenes en el mundo han acabado en el paro por la epidemia. En España, avisa este organismo de Naciones Unidas, ya hay riesgo de que el elevado desempleo juvenil se convierta en un problema estructural. Además, "la cantidad de horas trabajadas ha disminuido un 23% y su nivel de ingresos también se ha visto afectado de forma generalizada", explica.

Por ello, recomienda poner en marcha un plan especial de garantía juvenil que ofrezca a los jóvenes sin trabajo y sin estudios un empleo o una propuesta formativa.

Dos zarpazos en solo 12 años

Parte de la juventud 'más madura' seguía sufriendo las consecuencias de la crisis financiera de 2008 y ahora les ha pillado de lleno ésta. "Ya hemos visto que alrededor de la mitad de la destrucción del empleo que se ha producido por la crisis del coronavirus corresponde a los jóvenes (menores de 35 años)", explica a Efe la investigadora de la Universidad de Alcalá (Madrid) Marina Romaguera de la Cruz.

"El ascensor social se está frenando, si hasta hace unos años la educación llevaba a que los hijos tuvieran más ingresos que los padres, eso se está frenando", apunta la experta.

Romaguera de la Cruz es una de las autoras del último informe del Observatorio Social de la Caixa 'Análisis de las necesidades sociales de la juventud', que concluye que la falta de oportunidades profesionales, el empeoramiento de las condiciones laborales y los problemas en el acceso a la vivienda pueden conducir a que estas nuevas generaciones se sientan excluidas de una sociedad que ven cada vez más injusta, lo que contribuiría a debilitar la cohesión social.

Frustados y sin emancipar

Según este observatorio, casi uno de cada cuatro personas de entre 18 y 29 años viven en hogares que experimentan dificultades para llegar a fin de mes. De hecho, casi la mitad de los que sustentan económicamente una vivienda destinan a ella más del 30 % de su renta disponible.

"Hay un informe del Banco de España que señala que los salarios de esta generación, son más bajos que los de una generación anterior", apunta Romaguera. Según la investigadora, entre los jóvenes se aprecian "sentimientos de frustración y de desencanto con la sociedad; se sienten abandonados por las instituciones públicas".

En esta línea, el informe de la OIT subraya que el 60% de las mujeres jóvenes y el 53% de los hombres jóvenes encuestados vislumbran su futuro profesional con incertidumbre o inquietud. Además, se estima que alrededor de la mitad de los encuestados son vulnerables a la ansiedad y la depresión desde el comienzo de la pandemia.