Un feminicidio que conmovió a Colombia en 1994 tendrá justicia más de un cuarto siglo después con la captura del único condenado por este caso, quien tras perpetrar el crimen huyó a Brasil, donde se estableció y formó una familia con una identidad falsa.

La víctima fue la estudiante de enseñanza secundaria Nancy Mariana Mestre Vargas, de 18 años, quien en las primeras horas del 1 de enero de 1994 fue violada y asesinada de un disparo en la cabeza en una fiesta a la que había asistido con permiso de sus padres en la ciudad caribeña de Barranquilla.

Por este crimen fue condenado en ausencia a 27 años de cárcel Jaime Saade Cormane, quien permaneció fugitivo hasta que el martes de esta semana fue detenido en la ciudad brasileña de Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais (sudeste), por la Interpol, que lo buscaba con circular roja.

Captura en Brasil

"El detenido, de 57 años, integraba la lista de buscados internacionales de la Interpol y estaba fugitivo desde 1994, habiendo sido posteriormente condenado en Colombia a una pena de 27 años por los delitos de violación y homicidio de una joven en una ciudad colombiana", manifestó la Policía Federal de Brasil en un comunicado.

Esa institución no dio la identidad del detenido pero afirmó que era de nacionalidad colombiana, mientras que el padre de la víctima, Martín Mestre, dijo a periodistas que recibió una llamada de la Policía colombiana en la que se le informó de que la Interpol había capturado al fugitivo en Brasil.

Según la Policía Federal brasileña, "el fugitivo constituyó familia y tuvo hijos brasileños" y fue detenido con base "en un mandato judicial de prisión, para fines de extradición, expedido por el Supremo Tribunal Federal".

Crimen atroz

El padre de la víctima, que nunca perdió la esperanza de encontrar a Saade Cormane para que respondiera por su crimen, dio varias entrevistas en las últimas décadas a medios de Barranquilla en las que relató lo ocurrido en las últimas horas de 1993 y las primeras de 1994.

Según Mestre, Saade, que era conocido de la familia y unos años mayor que su hija, la invitó a salir la noche del 31 de diciembre de 1993 para celebrar el Año Nuevo, y él la autorizó con el compromiso de volver a casa a una hora determinada.

Al amanecer del 1 de enero, en vista de que la chica no había regresado, el padre salió a buscarla y se dirigió a casa de los Saade Cormane, donde la madre de éste le dijo que su hija había sufrido un accidente y la habían ingresado en la Clínica del Caribe.

En la clínica y se encontró con el padre de Saade Cormane, quien al verlo le comentó que su hija se había suicidado de un disparo en la cabeza, versión que la familia de la víctima siempre consideró una mentira y con la ayuda de la Policía, que descartó esa hipótesis, inició una larga lucha para que se hiciera justicia.

Condena en ausencia

Año y medio después, Saade Cormane fue condenado en ausencia a 27 años de cárcel por un juzgado de Barranquilla que lo encontró culpable de los delitos de homicidio y acceso carnal violento.

"El sospechoso huyó a Brasil y en 1995 adquirió documentos falsos, según un informe pericial papiloscópico de la Policía Federal" brasileña.

Después de que en Barranquilla se conociera la noticia de la captura de Saade Cormane, el padre de la joven dijo a medios locales que su familia nunca dejó de buscar al culpable e incluso crearon en Facebook una página llamada "Se busca asesino Jaime Saade Cormane".