Ser niña no siempre es fácil, y menos cuando hay conflictos o pandemias. En estos contextos es una auténtica hazaña porque son ellas las que pagan el precio más alto: matrimonios forzosos, embarazos adolescentes y el consecuente abandono escolar.

Cada año alrededor de 12 millones de niñas son forzadas a contraer matrimonio con hombres mucho mayores que ellas; dos millones antes de cumplir los 15 años. Actualmente, la inseguridad alimentaria y económica como resultado de la crisis del covid-19, lleva a que muchos padres y madres sientan que no tienen otra alternativa que obligar a sus hijas a casarse. Eso hace que actualmente medio millón de niñas más corren el riesgo de ser forzadas a casarse y un millón más podrían quedar embarazadas este año, según el análisis anual sobre la situación de las niñas en el mundo de Save the Children.

Este incremento supone revertir 25 años de progreso en los que se había conseguido reducir las tasas de matrimonio forzoso en niñas, de hecho, se han evitado 78,6 millones de matrimonios en los últimos 25 años, pero las graves crisis humanitarias que viven algunos países dificulta la lucha contra esta problemática. Un paso atrás que vuelve a dejar a muchas niñas de todo el mundo en una situación de extrema vulnerabilidad. Según el análisis de la organización, 2,5 millones de niñas más serán obligadas a casarse en los próximos cinco años, esto supone que se alcanzará la cifra de 61 millones de matrimonios forzosos de niñas y adolescentes en 2025.

¿Qué significa para una niña ser forzada a casarse? Significa entrar en una espiral de violación de sus derechos más básicos como la propia libertad o la educación, y con mayor riesgo de sufrir violencia de por vida, depresión y riesgo de muerte durante el parto, porque sus cuerpos no están preparados para dar a luz. Y es que, a esa edad, las niñas no están ni mental ni físicamente preparadas para hacerlo.

En el sur de Asia se prevé que este año más de 190.000 niñas sean obligadas a casarse, seguido de África Occidental y Central con 90.000 matrimonios forzosos. También se espera que aumente en América Latina y el Caribe con 73.400 casos, en Asia Oriental y el Pacífico con 61.000. Nueve de los diez países con las tasas más altas de matrimonio infantil se consideran estados frágiles.

Los matrimonios forzosos van muy ligados a la violencia de género. Una de cada diez niñas en todo el mundo ha sufrido violencia de género por parte de su pareja o ex pareja. Si esta lacra social ya era una pandemia mucho antes de la llegada del coronavirus, con esta crisis no ha hecho más que aumentar.

Pero ser niña debería ser fácil. Jugar, reír, caerse para levantarse con más fuerza… Si antes de esta pandemia ya era urgente luchar para acabar con la brecha de género y la violencia hacia las mujeres y las niñas, ahora lo es más que nunca. El covid-19 ha truncado la vida de millones de personas, pero no podemos permitir que acaba con todas las esperanzas de toda una generación de niñas en el mundo. Se lo debemos y las necesitamos.