Gerardo Olivares ('14 kilómetros', 'La gran final') lleva muchos años viajando por todo el mundo. Ha visto tantas cosas que está convencido de que las mejores historias para llevar al cine no hay que inventárselas sino que están en la realidad. Por eso, sus películas se basan en ella. Si en 'Entrelobos' nos contó la odisea de un chaval criado entre animales salvajes, en su nuevo trabajo, 'El faro de las orcas', nos habla de un guardafauna argentino (Beto Bubas, interpretado por Joaquín Furriel) que se comunica con las orcas y que, un día, recibe la visita de una madre (Maribel Verdú)desesperada por ayudar a su hijo autista. El contacto con los animales hace sentir al niño algo que nunca hasta entonces había sentido: empatía y emociones.

Fue el productor José María Morales el que descubrió la historia real del guardafauna, autor del libro 'Agustín corazón abierto'. Enseguida llamó a Olivares y le dijo que ahí había una gran historia por contar. Ambos -amantes de la naturaleza- se pusieron a ello. El resultado es 'El faro de las orcas', que se ha estrenado este fin de semana en España. Rodado en Fuerteventura y la Patagonia argentina, el filme combina la parte de naturaleza salvaje (orcas, leones marinos, playas salvajes) con la historia personal de los protagonistas.

RESPETUOSOS CON EL AUTISMO

“Hemos sido muy respetuosos con la dolencia del niño, el autismo. No hemos querido buscar la lágrima fácil sino contar una historia que está basada en hechos reales. Tengo una amiga con un hijo autista y, a la hora de escribir el guion, le consulté todo para que el personaje fuera creíble”, subraya el realizador.

El director cordobés -que estuvo más de dos semanas en Argentina para rodar cómo una orca asalta a un león marino- afirma que la naturaleza es parte fundamental de la película. De hecho, la rodaron en un paraje ubicado a unos 100 kilómetros del pueblo más cercano. Vivieron todos en un faro aislado. Y ese espíritu es el que Olivares ha tratado de trasladar a la pantalla. “Maribel [Verdú] me comentó en más de una ocasión que se trata de uno de los rodajes que más le han marcado, junto con 'La buena vida' y 'Belle epoque'", afirma.

“Me gustaría que los espectadores realizaran un viaje físico y mental hacia un lugar remoto y sintieran su energía. Todos venimos de la naturaleza, pero nos hemos inventado las ciudades para vivir. A pesar de eso seguimos necesitando los espacios abiertos”. Es, en su opinión, lo que le ocurre al personaje de Maribel Verdú, que sale de su “zona de confort” y se da cuenta de que la vida pasa rápido y tiene que aprovecharla. El viaje a Argentina y la terapia -por llamarla de alguna manera- con las orcas es algo que ayuda al hijo autista pero también a su madre.

DESPRECIO DE LOS POLÍTICOS

El guardafauna en el que está basado la película, Beto Bubas, acompañó al equipo de rodaje durante todo el tiempo de filmación. Al final del metraje aparecen fotos de él junto con el chaval argentino que sufre autismo y cuya madre llamó a sus puertas. Bubas, que lleva más de 20 años nadando con las orcas en la Patagonia a quienes les ha llegado a tocar su armónica, sufrió el desprecio de unos dirigentes políticos que quisieron apartarle de su actividad por, precisamente, acercarse tanto a las orcas. “No son animales asesinos. Son depredadores, los mayores del océano, pero lo hacen para comer”, añade Olivares, que ha filmado orcas reales y también ficticias gracias a la tecnología de la empresa que estuvo detrás de 'El laberinto del fauno'.