Manuel Blanco, Enrique Rodríguez y Julio Latorre esperan poner fin hoy a una pesadilla «surrealista» que comenzó en enero de 2016. Estos tres bomberos sevillanos, miembros de la asociación Proem-Aid, participaban de forma voluntaria en los peores días de la crisis de refugiados en Grecia y fueron arrestados cuando iban en la barca de una oenegé danesa después de intentar localizar sin éxito a una embarcación a la deriva.

Tras pasar tres días en los calabozos, que abandonaron al depositar una fianza de 15.000 euros, fueron acusados de tentativa de tráfico ilegal de personas. Serán juzgados en un tribunal griego en Mytilene, donde se enfrentan a penas que alcanzan los 10 años de cárcel por cada persona introducida ilegalmente. Pero al ser acusados en grado de tentativa, porque durante su detención no iba ningún inmigrante con ellos, no saben realmente que les espera.

El abogado se muestra esperanzado porque se trata de una causa «vaga e imprecisa» que carece de fundamento jurídico, puesto que «ni siquiera llevábamos a ninguna persona a bordo esa noche».