Cuando empiezan a apagarse los ecos del conflicto laboral que colapsó este verano el aeropuerto de El Prat, el próximo lunes arranca una nueva huelga, la de los examinadores de tráfico. Los pasados meses de junio y julio ya causó enormes trastornos y ahora vuelve sin los servicios mínimos que la Dirección General de Tráfico (DGT) había anunciado. Al menos por el momento.

“Aún estamos estudiando la conveniencia de imponer servicios mínimos, dado que la huelga no será indefinida, como se había decidido inicialmente”, ha explicado un portavoz del organismo que encabeza Gregorio Serrano. Probablemente se tome un decisión definitiva tras comprobar cómo afecta el paro esta semana a la realización de los exámenes de conducir.

Marcha atrás

Inicialmente, la huelga iba a ser indefinida, todos los días de la semana, pero el pasado 23 de agosto, la Asociación de Examinadores de Tráfico (Asextra) decidió limitarla a todos los lunes, martes y miércoles del mes de septiembre. La asociación afirmó que se desconvocaba la huelga indefinida para no hacer "sufrir" a la ciudadanía y que se sustituiría por nuevos paros parciales en septiembre "para dar tiempo a que se produzcan nuevas reuniones" con la DGT.

El día anterior, los representantes de los examinadores mantuvieron una reunión con Serrano en la que no se alcanzó ningún acuerdo. Este les planteó su intención de imponer unos servicios mínimos del 60%, pero los funcionarios se mostraron dispuestos a aceptar como máximo el 20%.

Ahora, tras la renuncia a la huelga indefinida, Tráfico considera que ya no son tan necesarios los servicios mínimos. “La reducción de jornadas de paro equivaldría a unos servicios mínimos del 40%”, indicó el citado portavoz. Teniendo en cuenta que los exámenes de conducir no son un servicio esencial, no sería fácil justificar jurídicamente una limitación de este tipo al derecho de huelga.

80.000 pruebas suspendidas

El colectivo inició sus paros de manera parcial en junio, que continuaron con la misma fórmula prevista para septiembre (los lunes, martes y miércoles) durante todo el mes de julio, provocando la suspensión de unas 80.000 pruebas prácticas, según datos de la DGT, que cifraron el seguimiento de la huelga en un 70% de media, con porcentajes que rozaban el 75% los primeros días y que descendieron al 62% en los últimos.

Los examinadores exigen un incremento salarial 200 euros al mes que, sostienen, la DGT se comprometió en 2015 a hacerlo efectivo. El organismo, en cambio, defiende que no es de su competencia este incremento económico y afirma que han trasladado la petición del colectivo a Hacienda, órgano competente en dicha materia. Asimismo, los examinadores también exigen un aumento de una plantilla que no ha dejado de disminuir en los últimos años.

Quejas de las autoescuelas

La huelga ha provocado grandes pérdidas económicas en el sector de las autoescuelas, amén de innumerables trastornos a sus alumnos. El presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), José Miguel Báez, evalúa las pérdidas en unos 42 millones de euros y avisa de que pueden aumentar a otros 30-40 millones durante la huelga de septiembre.

El director general de Tráfico ya anunció el pasado 18 de julio en el Congreso que se convocarán nuevas plazas a lo largo de 2017 y 2018 para aumentar la plantilla de examinadores. Se estima que para el 1 de diciembre del próximo año haya unos 870 trabajadores, un centenar más, aproximadamente, contando con las jubilaciones, ya que actualmente hay 774 personas ejerciendo este puesto.

Montoro frente a todos

En las últimas negociaciones de colectivos de trabajadores integrados en la Administración central se está dando un denominador común. Los responsables de los organismos estatales expresan a la representación sindical su acuerdo con las reivindicaciones sindicales y se escudan en el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, para negarse a concederlas. Pasa con los examinadores de tráfico y también con los 17.000 empleados de AENA, que esta semana concedieron una tregua de una semana a su presidente para que intente arrancar subidas salariales e incremento de plantillas al hombre de la tijeras. A partir de esta semana veremos quién gana la partida.