El escándalo de los huevos contaminados con fipronil, un insecticida prohibido para uso alimentario en la Unión Europea (UE), afecta ya a siete países del continente. Alemania, Bélgica, Holanda, Francia, Reino Unido, Suiza y Suecia han detectado ya la presencia en su territorio de huevos con trazas de este tóxico.

Según los análisis publicados, fue la empresa holandesa Chick Friends la que distribuyó a granjas avícolas un producto antiparasitario con fipronil, si bien fue Poultry Vision, una empresa belga, la que proporcionó la sustancia. Desde las granjas que utilizaron el tratamiento, al parecer limitadas a Holanda y Bélgica, millones de huevos contaminados han llegado a estos países.

La crisis saltó a los medios de a principios de mes, pero se remonta a junio, cuando las autoridades belgas detectaron por primera vez la sustancia.