Dentro del ámbito laboral, nos relacionamos con multitud de personas, tanto dentro como fuera de la oficina. La situación se vuelve muy complicada si una de estas personas es un compañero cargado de negatividad o con tendencia a la agresividad. Nos afecta a nuestra salud física y mental, baja la autoestima y empeora el estado de ánimo.

En el trabajo convivimos con diferentes personas. Con algunos crearemos vínculos fuertes y una relación de amistad, y con otros no existirá dicho vínculo ya que no nos llevaremos bien. Esto último no implica que no estemos cómodos en nuestro puesto. Sin embargo, algunas personas hacen que suframos un alto nivel de malestar, incluso cuando no se relacionan con nosotros de forma directa y no hay discusiones. Son compañeros de trabajo tóxicos que debemos identificar para poder establecer nuestras barreras de seguridad.

EL TRABAJADOR TÓXICO

En nuestro ambiente de trabajo pasamos una gran parte de la semana, rodeados de otras personas que no tienen por qué ser similares o afines a nosotros. Esto no es motivo de tensión en la oficina ni hace que suframos estrés o baja autoestima. Sí que ocurre cuando alguno de nuestro compañero es tóxico y crea de forma constante un mal ambiente. Tiene conductas o actitudes que perjudican a todos, creando un mal clima y haciendo que la productividad caiga diariamente.

¿Cómo podemos identificar a un compañero de trabajo así?

1. Necesidad de ganar

Incluso cuando no hay una necesidad de competitividad, la persona tóxica sí la siente y quiere ganar ante todos. Son celosos, buscan la independencia y creen que todos son rivales que van a perjudicarles.

2. Justificaciones

El compañero tóxico tiene el miedo a ser menos que los demás, por lo que justificará sus errores hiriendo a los demás o con descalificativos, incluso cuando esas justificaciones no sean pedidas ni necesarias.

3. Visión egocentrista

Al carecer de una verdadera empatía, ven siempre el mundo desde su punto de vista, por lo que desvalorizan todo aquello que se salga de sus esquemas. Usan el prejuicio y el odio desde esta posición.

4. Pesimismo

Independientemente de cómo se comporten fuera del trabajo, en la oficina muestran una actitud pesimista, creyendo que todo va a salir mal siempre, incluso sin motivos aparentes. No conocen el optimismo, y les cuesta enfrentarse a nuevos retos al carecer de esperanza.

5. Enfadados

Se encuentran siempre de malhumor, como si fuera una parte indispensable de ellos mismos. Les cuesta tratar a los demás con respeto o cariño y no saben ser amables al pedir las cosas. Al ser algo repetitivo, se da por hecho y se anda con mucho cuidado de no hacer nada que pueda molestarle.

6. Manipulación

Como ocurre con todas las personas tóxicas, actúan manipulando a los demás para que hagan lo que ellos quieren. Esto también nace de su falta de empatía, viendo a los demás como medios para lograr sus fines. Lo pueden enmascarar haciendo ver al otro que realmente lo hace por su bien. Además, también buscan cómplices, a los que alimentan con cierta sensación de poder.

7. No hay un equilibrio

A la hora de usar las normas, no hay una verdadera equidad. Usarán las reglas para que los demás no le perjudiquen a él, pero la persona tóxica no seguirá dichas normas.

En el ámbito laboral existe una tendencia a que algunas personas pongan a prueba sus valores y sus fortalezas. Esto hace que, si una persona cree estar en desventaja, encuentre un motivo que cree justificado para herir a los demás y convertirse en alguien tóxico. Por eso, es necesario identificarlo para poder alejarnos de nosotros y colocar elementos de seguridad y protección.