Tras cruzar mares y muros, a algunos refugiados que llegan a Europa les queda por saltar una última alambrada, hecha de palabras. Nueve países europeos emplean un controvertido test lingüístico para averiguar el origen de los solicitantes de asilo indocumentados. Esta técnica, llamada LADO (análisis del lenguaje para la determinación del origen, en las iniciales inglesas), fue cuestionada en el 2014 por el Tribunal Supremo del Reino Unido y en el 2015 por la Agencia de Migraciones de Suecia, a raíz de un goteo de atribuciones de nacionalidad erróneas. No obstante, la Comisión Europea no tiene el asunto en su agenda. Al contrario, el acuerdo firmado este año entre Turquía y la Unión Europea para la gestión de los refugiados incluye el LADO entre las herramientas a emplear.

La máquina de la verdad lingüística consiste en escuchar el habla de un solicitante de asilo indocumentado y averiguar si su lengua o dialecto corresponde a la zona de la cual dice venir. Pero cada país aplica su protocolo: la escucha se hace en persona o por teléfono; dura desde 20 minutos hasta una hora; la llevan a cabo profesores universitarios de lingüística o freelance con el único mérito de tener una lengua materna rara. Millares de solicitantes de asilo pasan por este proceso cada año, con tasas de rechazo a menudo superiores al 50%.

“Los resultados del análisis del lenguaje tienen un impacto importante sobre las decisión de conceder o no el asilo”, observa Anna De Graaf, de De Taals Studio, una empresa holandesa que proporciona el servicio de análisis en diversos países.

Un rosario de otros casos polémicos se ha sucedido en Europa en los últimos años. En junio del pasado 2015, el exministro sueco Sten Heckscher entregó a la agencia de migraciones del país un informe sobre el LADO en el que solicitaba urgentemente pruebas de mejor calidad.

Ya en el 2010, la entonces jefa de la oficina de la UE de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR) Blanche Tax emplazó a la UE a fijar unos protocolos armonizadas para el LADO. “Realmente no tenemos mucha información sobre este asunto --afirma Jean-Pierre Schembri, portavoz de la Oficina Europea de Ayuda al Refugiado-- hasta ahora no ha sido objeto de ningún intento de armonización”. H