La Iglesia española aseguró ayer que no se opondrá a la exhumación de los restos de Francisco Franco porque respeta la decisión de las autoridades, pero pidió que no se utilice esta decisión en campaña electoral para hacer «bandera política» y «abrir heridas entre los españoles».

Es la primera reacción de la Iglesia a la decisión del Tribunal Supremo, que el martes dio el visto bueno a la exhumación de Franco del Valle de los Caídos para llevarle al cementerio de El Pardo en contra de los deseos de la familia, que apostaban por enterrar los restos del dictador en la cripta de la madrileña catedral de La Almudena.

Aunque respetan la decisión de la Justicia, que llega poco antes de la celebración de las elecciones generales del 10 de noviembre, los obispos no quieren que este tema se utilice «en las campañas electorales, ni que sirva para abrir heridas entre españoles».

«Que si es bueno cerrar bien las heridas, no es conveniente abrirlas», dijo el secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, en rueda de prensa. Argüello recordó asimismo que durante el tiempo que ha durado la polémica sobre los restos del dictador, la Iglesia siempre ha hecho un llamamiento al acuerdo.