Norbert Feher, más conocido como Igor el Ruso, detenido el viernes en Cantavieja por la Guardia Civil de Castellón, acudirá hoy al juzgado de Alcañiz, donde la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela le comunicará oficialmente que Italia le reclama por asesinato, y le ha de ofrecer la posibilidad de ser extraditado. Después, previsiblemente, comparecerá ante la jueza de Alcañiz para declarar sobre el crimen por el que fue arrestado, tras unas ocho horas de fuga, que en principio tendría preferencia a la hora de procesarle. Podría aclarar algo, aunque si persiste en el mutismo que parece que mantiene ante la Comandancia, no es probable. Y el relato sigue sin una versión oficial.

Recurriendo a fuentes familiares, el testimonio del padre de la víctima civil, José Luis Iranzo, señala que los agentes Víctor Romero y Víctor Caballero no estaban con él al ser mortalmente tiroteados, sino que acudieron después, como adelantó Diario de Teruel.

Según el padre, el jueves por la mañana fue con su hijo a la masía, como cada día, para sus tareas agrícolas y ganaderas. Pero vieron cristales rotos en la vivienda, y dada la alarma que cundía por la zona, directamente fueron al cuartel a dar parte.

Ya acompañados por dos agentes, volvieron al lugar, pero no encontraron a nadie. Así que quedaron en reencontrarse allí por la tarde, para que Iranzo hijo les orientase sobre sitios donde buscar el rastro del ladrón.

Por la tarde, padre e hijo volvieron al lugar, y mientras el primero se quedaba con el ganado, el hijo acompañó a los agentes Romero y Caballero a darles indicaciones. Luego cogió su pick-up verde y volvió al lugar.

Al llegar es cuando se presume que recibió los dos disparos que acabaron con su vida, y que su padre escuchó desde la nave del ganado. El hombre llamó a Emergencias, y al salir del recinto vio el coche de su hijo en marcha. Le hizo señas, pero no paró. Supuestamente ya lo conducía Feher. Siguiendo este relato, en algún momento de esta primera fuga sería cuando los agentes habrían interceptado al asesino, y este les mató con su pistola.

FUNDIDOS EN EL DUELO // A la espera de que se pueda aclarar lo que aconteció desde que Feher, tras una huida de ocho horas, se saliera de la carretera con el coche robado y fuera detenido, sin oponer resistencia, ayer los vecinos de Alcañiz y Andorra (Teruel) se fundieron en el duelo para dar un multitudinario adiós a a las tres víctimas tiroteadas.

Primero, tuvo lugar el funeral de los guardias civiles abatidos, donde, tanto a la llegada como a la salida de los féretros, el municipio de Alcañiz despidió y homenajeó a los agentes con fuertes y emotivos aplausos. Compañeros del cuerpo llevaron los ataúdes desde el Ayuntamiento, donde se hallaba la capilla ardiente, al que acudieron numerosas autoridades de la comunidad aragonesa.

Especialmente dramático fue cuando sonó el himno de la Guardia Civil y La muerte no es el final, tradición que se repite cuando algún miembro de seguridad del Estado cae en servicio.

Si el corazón de Aragón estaba a las 11.00 horas de la mañana en Alcañiz, por la tarde se trasladó a la localidad de Andorra, donde los vecinos abarrotaron la plaza de la Iglesia y brindaron una emotiva ovación al padre de José Luis Iranzo, que a sus 40 años perdió la vida sin más motivos que ir a su masía, como todos los días, dejando un niño de tres años y esposa que experimentaron una cascada de emociones.

Pese al cierzo que soplaba ayer mientras los andorranos esperaban la salida del féretro, el calor lo brindaron los vecinos, sobre todo en la salida del padre de la víctima, apoyado en dos familiares, que fue recibido con un atronador y estruendoso aplauso.