Más de 10 días llevan ardiendo los bosques cercanos a Chernóbil, la central nuclear que sufrió el mayor accidente nuclear de la historia en 1986. Más de 400 bomberos continúan luchando en la zona de exclusión ante el aumento de la radiación en la zona, que alcanza ya un nivel 16 veces por encima de lo normal, y ante el temor de que la contaminación llegue a Kiev, la capital de Ucrania.

Aunque se desconoce la extensión de las llamas, las autoridades estiman que el fuego ha avanzado hasta cubrir al menos unas 3.500 hectáreas y que se encuentra a dos kilómetros de los depósitos nucleares.

Egor Firsov, alto cargo de Medio Ambiente, sostiene que los incendios han provocado un significativo aumento de la radiación en la zona hasta un nivel 16 veces por encima de lo normal. A él se suman varios expertos medioambientales, que temen que las llamas remuevan las cenizas radiactivas que se encuentran en el suelo en una zona en la que la sequedad del terreno y el fuerte viento han contribuido a propagar los incendios.

Si bien las autoridades ucranianas consideraron en un primer momento que el principal foco de los incendios --la mayoría de ellos registrados en la provincia de Kiev-- se produjo a raíz de la quema controlada llevada a cabo por agricultores de la zona, las autoridades están investigando a un joven de 27 años que podría haber provocado al menos uno de los incendios.

"La situación es crítica. La zona está en llamas. Las autoridades rinden cuentas de que todo está bajo control, pero en realidad el fuego está invadiendo de manera inusitada nuevos territorios", escribió Yaroslav Yemeliánenko, miembro del consejo público adscrito a la Agencia Estatal para la Gestión de la Zona de Exclusión, en su cuenta de Facebook.

Yemeliánenko subrayó que el fuego ya alcanzó Prípiat, la localidad donde vivían las familias de los operadores de la central cuando se averió el cuarto reactor el 26 de abril de 1986 y que ahora es una ciudad fantasma.

Además, agregó, el incendio se encuentra a menos de dos kilómetros de los depósitos de residuos radiactivos "Podlesni", donde están los residuos más altamente radiactivos de toda la zona de Chernóbil y de la misma planta. Alertó que los bomberos llevan diez días intentando sofocar el incendio, pero que debido al fuerte viento reinante el fuego sigue avanzando en dirección a la central.

En cambio, el Servicio Estatal para Situaciones de Emergencia de Ucrania informó de que el fuego que se declaró en una zona boscosa de la zona de exclusión ya fue sofocado y que lo único que quedan son algunos focos aislados.

También precisó que el nivel de radiación en la zona de exclusión no ha variado y en la zona de Kiev y sus alrededores los niveles también están por debajo de la norma. Según las autoridades, casi medio centenar de operarios trabajan en la extinción del fuego, lo que incluye hidroaviones y helicópteros antiincendios.

En los últimos días activistas se dedicaron a cavar trincheras y hacer cortafuegos para evitar que el fuego alcance la zona de la central, donde un moderno sarcófago cubre desde 2016 el averiado cuarto reactor y, según sus constructores, garantizará su seguridad durante los próximos cien años.

El 6 de abril las autoridades informaron sobre la detención de un hombre, quien confesó que había prendido fuego a la hierba por diversión y que el incendio se le fue de las manos.

En 2017 los servicios de emergencia ucranianos ya tuvieron que sofocar una humareda procedente del tercer reactor, cerrado en diciembre de 2000.

En los últimos meses se ha disparado el número de turistas que visitan la zona, que en agosto había alcanzado los 75.000 visitantes atraídos por el turismo extremo y la serie de televisión "Chernóbil".

De acuerdo con evaluaciones oficiales, la explosión ocurrida en Chernóbil esparció hasta 200 toneladas de material con una radiactividad de 50 millones de curies, equivalente a 500 bombas atómicas como la lanzada en Hiroshima.

La radiación continúa afectando a miles de habitantes de Bielorrusia, Ucrania y Rusia, donde se halla el 70 % de los casi 200.000 kilómetros cuadrados de terrenos contaminados.