Llamas de 50 metros de altura, más de 6.000 hectáreas afectadas y 9.000 personas desalojadas. Esas son las principales cifras que resumen el impacto del pavoroso incendio de Valleseco que desde el sábado castiga la isla de Gran Canaria, aunque lo peor quizá esté aún por llegar: gran parte del frente seguía anoche sin control, en zonas donde el acceso terrestre es inviable tras haber entrado ya en el parque natural de Tamadaba, una joya ecológica con centenares de especies endémicas.

Federico Grillo, el jefe de emergencias del Cabildo de Gran Canaria, hizo el domingo una declaración de impotencia que ha resultado profética. «La cabeza del incendio, la que avanza más rápidamente y es más destructiva, es imparable porque la cenizas y el humo que lanza impide actuar allí. Está fuera de toda capacidad de extinción», confesó. No hubo que esperar mucho para que sus augurios se confirmaran.

MUCHO NERVIOSISMO // El número de desalojados se multiplicó por dos en solo unas horas, con momentos de especial nerviosismo entre los vecinos que veían cómo las llamas y el humo se acercaban a unas viviendas que debían dejar abandonadas. Grillo explicó que aún no había datos sobre cuántas viviendas se han visto afectadas por el fuego, pero auguró que serían «muchas». En los ocho municipios incluidos en los 60 kilómetros del perímetro que abarca el incendio, están registrados 50 núcleos urbanos.

Habrá que esperar a que termine el incendio para evaluar los daños mediombientales. Además de la destrucción de extensos pinares, deberá estudiarse el impacto final en la que es considerada la joya verde de la isla, el parque de Tamadaba. Ahí encuentran refugio «decenas de miles de individuos endémicos de Canarias, entre los que figuran una sesentena de especies vegetales terrestres que son exclusivas de Gran Canaria», según explica el director del Jardín Botánico Viera y Clavijo, Juli Caujapé.

La primera impresión tras la entrada del fuego en el parque es que «el daño está siendo menor de lo previsto» inicialmente porque lo ha hecho a menos velocidad, «como si fuera una quema controlada», según Grillo.

PREVISIONES FAVORABLES // Ayer eran 16 aviones y helicópteros los que trabajaban en la zona, a los que hay que sumar otros cuatro que viajaban desde la Península, además de un dron preparado para seguir la evolución del fuego durante la noche. Pese a ello, las principales esperanzas se centran en unas previsiones meteorológicas relativamente favorables. La ola de calor en la que estaba inmersa la isla empieza a remitir. A partir de hoy bajarán previsiblemente las temperaturas y subirá la humedad.