En Bangladesh, uno de los grandes epicentros de la producción textil mundial, los ríos se tiñen el color de la moda de la temporada. La industria de la moda es consciente, ahora más que nunca, de la huella ecológica que genera, tanto por sus métodos de producción como por la manera en la que incentiva al consumo. De ahí que hace ya un año, decenas de grandes empresas del sector firmaron el primer acuerdo para reducir a prácticamente a cero las emisiones de la industria, tomando como fecha límite el 2050. Ahora, los impulsores de esa iniciativa explican en la COP25 cómo ha avanzado su proyecto y, sobre todo, cuál es el camino que se está emprendiendo para conseguir una moda sostenible con el medio ambiente.

Los promotores de la iniciativa explican que en este último año se han puesto en marcha siete grupos de trabajo para abordar el problema desde diferentes perspectivas. Y eso, argumentan, ya debería considerarse como un éxito. Pero en lo que a resultados prácticos se refiere, muchos reconocen que sigue habiendo una falta de herramientas para medir el impacto de las iniciativas propuestas. En definitiva, para saber si el plan avanza hacia la dirección correcta y en la velocidad que corresponde dada la urgencia de la crisis climática.

"Necesitamos movilizarnos ante este reto e incrementar la ambición con la que se actúa", ha argumentado Gonzalo Muñoz, líder empresarial chileno, durante la charla presentada este lunes en la COP25. "El problema no está sólo en la industria en sí y en cómo produce, que también. También es preocupante la manera en la que se consumen estos producto. ¿Es normal que la gente desee ropa que nunca se va a poner? ¿Que las necesidades cambien en función de la tendencia? ¿Que haya avalanchas de compras con las rebaja solo porque está todo más barato?", ha añadido Muñoz durante su intervención.

INICIATIVAS INCIPIENTES

Un año después de su debut, la iniciativa de la industria de la moda para hacerse responsable de sus emisiones arroja tímidos resultados. Los expertos, durante sus ponencias en el recinto de la Feria de Madrid, han recordado que ya se está trabajando en materiales sostenibles y maneras de potenciar las energías renovables en los procesos de manufactura. Aun así, el camino para la 'descarbonización' de la industria sigue planteando grandes retos. "Estamos empezando con pequeños cambios, pero ahora tenemos que ver cómo aplicar estas mejoras a gran escala", ha añadido Laila Petrie, del comité directivo del proyecto.

Los ponentes ha destacado que el compromiso con la sostenibilidad no tiene que ser un añadido en los programas de las grandes marcas, sino que tiene que entenderse como el núcleo duro de sus planes de futuro. "El 74% de los consumidores reconoce que están comprometidos con el medio ambiente. Es nuestro deber promover un debate honesto sobre moda sostenible entre empresas y clientes", ha añadido Alice Pilia, asesora de proyectos.

En esta misma línea, Martin Frick, director del programa de cambio climático de la ONU, también ha apelado a la ética. "Igual que hace unos años veíamos normal que la gente nos echara el humo a la cara y ahora nos parece inaceptable, espero que en un futuro podamos ver con la misma rabia que todo el mundo vaya con la misma chaqueta de moda. Es una presión social que está perjudicando el planeta", ha recalcado Frick durante su intervención.