Después de 12 años de resultados decepcionantes, de recibir cuatro suspensos seguidos cada vez que el informe PISA la examinaba, la escuela española por fin ha dado el salto. Y aunque no se puede hablar todavía de resultados excelentes (eso, reconoce el Ministerio de Educación, aún queda lejos), sí se puede afirmar que por fin el sistema educativo español se empieza a alejar de la mediocridad. Así lo pone de manifiesto, al menos, la radiografía realizada en el 2015 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre el nivel que tienen los estudiantes de 15 años en 72 países y que sitúa a España por primera vez por encima de la media en comprensión lectora, justo en el promedio de la OCDE en Ciencias y muy poco por debajo de este en Matemáticas.

"Estamos hablando de un sistema educativo que es un buen sistema; tal vez sea aún mejorable, pero los resultados son satisfactorios", ha destacado, sonriente, el ministro Íñigo Méndez de Vigo, en una primera valoración del informe PISA hecho público este 6 de diciembre del 2016. La sonrisa se le ha borrado ligeramente al titular de Educación cuando ha tenido que admitir que es cierto, también, que la media de la OCDE es algo más baja este año y que eso, claro, beneficia a España. "Pero dentro de esta situación general de descenso de la OCDE, España ha conseguido mejorar", ha puntualizado el director general de Evaluación y Cooperación Territorial del ministerio, José Luis Blanco.

Y no solo eso, ha subrayado Blanco, el salto se ha dado sin que la mejora haya supuesto aumentar las desigualdades entre estudiantes. "Al contrario, hemos comprobado que las autoridades educativas, especialmente las autonómicas, pero también la central, tomaron nota del alto porcentaje de alumnos rezagados que hubo en el PISA del 2012, y que han hecho un esfuerzo importante de mejora en ese sentido", ha destacado. De hecho, ha precisado el director general, "la mejora registrada en el conjunto del sistema ha venido por allí, porque se ha reducido la franja de estudiantes con bajos resultados". "El reto aún pendiente -ha confesado- es la excelencia, donde todavía estamos por debajo de la media".

MEJOR EN LECTURA, IGUAL EN MATES, PEOR EN CIENCIAS

Así las cosas, los estudiantes de 15 años españoles han obtenido una nota media en comprensión lectora de 496 puntos, tres más que el promedio de la OCDE, dos por encima de la media de la Unión Europea (UE) y ocho más que los jóvenes españoles evaluados en el informe PISA del 2012. Desde el 2003, el primer año en que España participó en esta prueba internacional, la mejora en lectura es de 15 puntos. También es en este ámbito en el que mejores puntuaciones sacan las comunidades autónomas: los alumnos de Castilla y León logran 522 puntos; los de Madrid, 520, y los navarros, 514. Esto les sitúa muy cerca de países líderes del 'ranking' PISA como Canadá (527), Finlandia (526) o Irlanda (521). El número uno mundial en esta materia es Singapur, con 535 puntos.

En Matemáticas, "es la vez que España más se ha acercado a las medias internacionales", ha afirmado el director general de Evaluación. Pese al optimismo del ministerio, los 486 puntos obtenidos por los alumnos españoles en el PISA 2015 están cuatro puntos por debajo del promedio de sus compañeros de la OCDE y siete de los de la UE, y solo suponen una mejora de dos puntos respecto al 2012 y de uno respecto al 2003. Las mates, pues, siguen siendo una asignatura pendiente, la materia en la que España saca peor resultado. Y en la que se sitúa en peor posición en el 'ranking', ya que, mientras en lectura, los españoles son los 22º de la lista de 44 países de la OCDE y en Ciencias los 25º, en Matemáticas ocupan el lugar 27º.

En cambio, superan claramente la media de la OCDE en competencias matemáticas Navarra (con 518 puntos), Castilla y León (506), La Rioja (505) y Madrid (503). Estas dos últimas autonomías, según recoge el informe español de PISA, son además dos de las que tienen mayor proporción de estudiantes de 15 años de origen inmigrante. En el caso de Madrid es del 20% y en el riojano del 17%. Catalunya, con un 19% de población extranjera de esta edad, es la sexta comunidad mejor situada, con 500 puntos.

Lejos todavía de los puestos que encabezan el 'ranking' -otra vez Singapur, Japón y Finlandia, además de Estonia-, la puntuación española en Ciencias, de 493 puntos, es discreta. Y tres puntos inferior, incluso, a la obtenida tres años antes. Con todo, el ministerio, siguiendo su discurso de satisfacción generalizada por los resultados, ha querido insistir en que se trata de "la primera vez en la historia que España consigue situarse a la altura de la OCDE en esta disciplina", ha resaltado José Luis Blanco. Respecto al promedio de la UE, España está dos puntos por debajo.

Por comunidades, una vez más, Castilla y León, Madrid y Navarra, y esta vez también Galicia, son las que logran los resultados en Ciencias más destacados. A la cola, Andalucía, Extremadura, Canarias y -sorprendentemente- el País Vasco, que en ediciones anteriores de PISA solía ser una autonomía líder.

RECORTES SIN UN IMPACTO APARENTE

¿De quién es el mérito de lo ocurrido? "Desde luego -se ha apresurado a decir el ministro Méndez de Vigo- hay que dar un reconocimiento a la labor que han hecho los maestros". Ha sido su compromiso, ha insistido, el que ha permitido salvar los trastos durante estos años de recortes en educación. "Esto no significa -ha agregado- que no se tenga que hacer a partir de ahora un mayor esfuerzo inversor".

Y como la ocasión se prestaba, el titular de Educación ha aprovechado para arrimar el agua a su molino y defender la validez del sistema actual, como punto de partida para el pacto de Estado de educación en que han empezado ya a trabajar fuerzas políticas en el Congreso. Con estos resultados, "no hay que hacer tabla rasa, porque la escuela actual es buena", ha dicho. Este acuerdo deberá garantizar también la financiación, porque no puede ser que un sector estratégico para un país como la educación siga estando expuesto a los vaivenes de las disponibilidades presupuestarias.