Silencio: el módulo Schiaparelli, de la misión europea ExoMars, no ha confirmado su llegada a la superficie de Marte pese a que se había previsto que la primera señal se recibiría hacia las 16.58 de ayer, lo que inundó de nerviosismo el ESOC, el centro de control de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Darmstadt (Alemania).

Las principales hipótesis son dos: o bien la maniobra de descenso y aterrizaje no se ha desarrollado como estaba previsto (ha habido un impacto o ha caído en un lugar inaccesible) o bien el módulo ha sufrido algún problema técnico que le impide transmitir datos. La nave TGO, con la que Schiaparelli había viajado acoplado hasta el planeta rojo, sí ha cumplido las expectativas y se acopló con éxito a la órbita marciana, lo que al menos sirvió para elevar un poco los alicaídos ánimos de la ESA. De hecho, de TGO depende el grueso de la investigación que la misión ExoMars debe desarrollar en Marte.

Schiaparelli debía convertirse en el primer ingenio fabricado en Europa --en colaboración con Rusia-- que se posa con éxito en Marte. El primer intento, con el pequeño módulo británico Beagle 2 en el 2003, acabó con la pérdida del aparato por un impacto.

El programa ExoMars tiene un presupuesto de 1.300 millones de euros. La participación española es de un 6,7%. H