Cuando una estrella muere, de sus restos renace un nuevo astro. Se trata de las estrellas de neutrones, también conocidas como púlsares, unos cuerpos celestes de alrededor 20 kilómetros de diámetro y con entre 1,35 y 2 masas solares. Es decir, unas estrellas que, pese a su pequeño tamaño, son particularmente densas. Según el consenso científico, el récord de densidad correspondía a un astro detectado en el 2010 y el 2013, cuyo peso equivalía a 2 masas solares. Pero ahora, una nueva estrella de neutrones podría ostentar este título.

Investigadores de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) han conseguido medir el peso de una estrella descubierta en el 2011 que corresponde a 2,3 masas solares. El hallazgo, publicado en la revista The Astrophysical Journal, desvelaría una de las masas más grandes jamás detectadas entre los más de 2.000 púlsares conocidos.

Método innovador

El descubrimiento de la estrella de neutrones más masiva jamás registrada, conocida como PSR J2215+5135, se ha podido realizar gracias al desarrollo de un innovador método. El equipo de investigadores españoles (UPC-IAC) ha utilizado una nueva técnica que permite medir de forma mucho más precisa la masa de los púlsares que orbitan alrededor de un centro de masa común, conocidos como binarios compactos. En estos casos, la "moribunda" estrella de neutrones acompaña e irradadia a su "compañera", una estrella normal como podría ser el Sol.

Para poder medir la masa del púlsar, los investigadores han utilizado líneas espectrales de diferentes elementos químicos, como el hidrógeno y el magnesio. Mediante esta técnica se ha conseguido calcular a qué velocidad se mueve la estrella de neutrones respecto a su compañera. De esta manera, se ha podido medir por primera vez la velocidad de ambos lados de la estrella compañera (el lado irradiado y el lado ‘frío’), y demostrar que una estrella de neutrones puede tener más de dos veces la masa del Sol.

Nuevos horizontes

El hallazgo, que arroja luz sobre algunos de los grandes misterios de la física actual como las interacciones entre las partículas que componen el núcleo, ha sido posible gracias a telescopios situados en los observatorios astronómicos de Gran Canaria. Se trata del Gran Telescopio Canarias, el Telescopio William Herschel, el Grupo del Telescopios Isaac Newton y el Telescopio IAC80. Además, los investigadores también han utilizado modelos dinámicos de estrellas binarias con irradiación.

En los últimos 10 años, gracias a los enormes avances tecnológicos y metodológicos alcanzados, el universo ha ido desvelando sus secretos. Gracias al telescopio de rayos gamma Fermi-LAT (NASA) se han descubierto decenas de púlsares similares en la última década. Y ahora, mediante el nuevo método desarrollado por el equipo español, se abre una nueva ventana de posibilidades para el estudio de estas estrellas.