El magistrado Rafael Soriano ha ordenado la práctica de diligencias para esclarecer si Ana Julia Quezada, autora confesa de la muerte del niño de ocho años Gabriel Cruz, suministró drogas al pequeño después de llevárselo el 27 de febrero cuando salió de la casa de su abuela en Las Hortichuelas, en Níjar (Almería), ya que la Guardia Civil halló ansiolíticos durante el registro del vehículo en el que encontraron el cuerpo sin vida del pequeño 13 días después en Vícar.

Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) han confirmado que el titular del Juzgado de Instrucción 5 de Almería ha pedido que se averigüe si hay trazas de esta sustancia en el cadáver del pequeño Gabriel para determinar si fue drogado o, por el contrario, los fármacos encontrados eran «para consumo propio» de Quezada.

AMPLIACIÓN DE LA AUTOPSIA // Será la ampliación del informe preliminar de autopsia el que determine este extremo una vez que el Instituto Nacional de Toxicología de Sevilla remita al juzgado el resultado de los análisis de las muestras biológicas remitidas desde el IML de Almería.

Los forenses de Almería concluyeron que el niño falleció por «asfixia mecánica» el mismo día en el que se perdió su rastro.

Esta diligencia es muy importante en la calificación del delito de detención ilegal y desmontaría la versión ofrecida por Ana Julia Quezada, quien afirmó que el menor se subió voluntariamente en el coche sin necesidad de utilizar la fuerza y sin engaño si bien el juez considera acreditado de manera indiciaria que actuó en todo momento en base a un «macabro plan criminal».

En su auto de ingreso en prisión, el magistrado Rafael Soriano sostiene que la mujer, de 43 años y origen dominicano, trazó un «macabro plan criminal» y luego se intentó dotar de una coartada --que hubo una discusión previa con el menor--, que tanto la Guardia Civil como el propio juez instructor desmontan en base a las pruebas recabadas. Entre estas pruebas figuran «expresiones vejatorias» vertidas por la asesina confesa contra el menor. El juez instructor destaca la existencia de «abrumadoras pruebas» contra Quezada.