El Parque Nacional Marítimo-Terrestre del Archipiélago de Cabrera, en las Islas Baleares, se ha convertido en la mayor área marina protegida del Mediterráneo al ampliarse su superficie de 10.000 a 90.000 hectáreas protegidas, según ha aprobado este viernes el Consejo de Ministros.

La ampliación de este parque nacional era una vieja reivindicación de los grupos ecologistas y del gobierno balear que sólo topaba con la oposición de un sector de los pescadores.

ECOSISTEMA INALTERADO

El Archipiélago de Cabrera constituye "el mejor exponente de ecosistemas insulares no alterados del Mediterráneo español", según el Ministerio para la Transición Ecológica, encabezado por Teresa Ribera.

El Parque Nacional Marítimo-Terrestre cobija "toda la riqueza natural de este conjunto de islas e islotes calcáreos" que van desde importantes colonias de aves marinas, especies endémicas y uno de los fondos marinos "mejor conservados de nuestro litoral".

RUTA MIGRATORIA

Este Parque, tal y como recoge el ministerio, es un lugar "clave" en la ruta migratoria de más de 150 especies de aves -tanto en otoño como en verano- como la gaviota de Audouin o el halcón de Eleonora.

Las aguas de la Isla de la Cabrera albergan praderas de posidonia: una planta con raíces y flores endémica del Mediterráneo con una "excepcional importancia ecológica", cuyos tallos dan cobijo a numerosos peces como la chopa, la vaca, la dorada, el dentón, la lubina o la salpa -de reflejos dorados- que se alimenta de sus hojas.

También se pueden apreciar erizos, sepias y la nacra: un enorme molusco que emplea la pradera submarina como escondite.

Sus fondos rocosos, informa el Ministerio, son los hábitats submarinos que ofrecen "un mayor esplendor y diversidad", y proporcional a la fauna refugio y alimento.