Treinta días después del inicio del confinamiento de Lombardía, ampliado hace dos semanas a todo el país, ayer Italia confirmó que el foco central de contagio del coronavirus se ha trasladado de China a Europa. Según el balance diario del servicio de Protección Civil italiano, ya han fallecido en el país 3.405 personas, frente a los 3.245 muertos del gigante asiático. Precisamente, Pekín anunció ayer que por primera vez desde que se inició la epidemia no ha registrado ningún contagio local.

En Italia, en cambio, la curva de contagios no desciende. En un solo día, se registraron en todo el país 4.480 nuevos casos, con lo que el número total de contagiados ascendió a 41.035. Esto, junto a la indisciplina de aproximadamente un 40% de los ciudadanos, que no cumplen el confinamiento, ha provocado que el Gobierno prepare una prórroga de las restricciones para intentar sacar a más personas de la calle, y, de no conseguirlo, aprobará medidas más drásticas. «Demasiada gente en la calle», han dicho los médicos chinos que colaboran con los de Milán.

«Si las prohibiciones no son respetadas tendremos que actuar», dijo ayer el primer ministro, Giuseppe Conte. El miércoles lo había dicho más enérgicamente el presidente de Lombardía, Attilio Fontana: «Si no lo entendéis por las buenas, seremos más agresivos». Lucia Azzolina, ministra de Educación, se negó a anticipar la nueva fecha de apertura de las escuelas, dando por hecho que ya no será el 3 de abril como estaba previsto.

Paralelamente, Conte confirmó al Corriere della Sera que tomará medidas contra las oscilaciones especulativas actuales en la Bolsa de Milán. Existen inversores que se han cebado sobre indústrias del país consideradas estratégicas. La hipótesis del diario milanés es que pasarían a ser estratégicas todas la industrias cotizadas en bolsa, incluidos los bancos y sociedades financieras.

Mientras, en China, a pesar de no haber registrado ningún caso de contagio local en el día de ayer, quedan aún rastros del coronavirus como los ocho muertos, todos en Wuhan, o los 7.263 enfermos. Y, especialmente, las nuevas 34 infecciones importadas y que empujan la cifra absoluta por encima de 200.

Siguen cerrados los centros educativos y de ocio en las grandes ciudades, pero sus calles y parques ya muestran una presencia humana considerable. Incluso Wuhan ha aligerado las restricciones de movimientos. La población de los complejos residenciales que no han registrado ningún contagio en la última semana puede salir a la calle para «actividades individuales» a determinadas horas del día.