Joaquín Sabina lo predecía: «No están viendo ustedes un buen concierto por mi parte hoy», decía a mitad de su espectáculo del sábado por la noche en Madrid. Pocos minutos después, abandonaba el escenario del WiZink Center porque se quedaba «totalmente mudo», en esta gira «interminable» y repleta de problemas de salud.

«Joaquín se ha quedado totalmente mudo y no va a poder seguir el concierto. Lo sentimos de todo corazón», dijo Pancho Varona alrededor de las 23.20 horas, tras haber abandonado Sabina (Úbeda, Jaén, 1949) el escenario en torno a las 23.00 horas del sábado, una noticia que convirtió de inmediato en trending topic.

El representante de Sabina, José Navarro, Berry, explicó ayer que el cantante abandonó el escenario «porque no tenía voz para seguir cantando, no se encontraba bien». «Se quedó sin voz y directamente prefirió parar el concierto; se fue a dormir muy triste», afirmó su representante, quien añadió que en unos días, tras pasar por el médico especialista, se decidirá sobre los cuatro conciertos que quedan de su gira. Según Navarro, después de que los médicos vean a Sabina «trataremos de ver qué es lo mejor, porque tras el accidente grande del sábado lo que no se puede es estar al filo de la navaja». Ante las quejas y reclamaciones de parte de algunos asistentes, ha dicho que «el público siempre tiene la razón».

ENTRADA AGOTADAS // El cantante había colgado el cartel de entradas agotadas para la cita en Madrid --la quinta en el WiZink Center de la gira Lo niego todo, y la quinta que saldaba con lleno en el estadio--, que comenzaba a las 21.40 horas recordando sus problemas de salud durante la gira. «Buenas noches, muchas gracias. Creo que saben ustedes que en medio y al final de esta gira interminable he andado recorriendo pasillos de sórdidos hospitales», decía el cantautor, que durante esta gira ha tenido que reprogramar una serie de conciertos por diferentes problemas de salud.

«Lo digo porque --se sinceró Sabina--, como sucede tan a menudo, cuando les cuenten que envejecer es una cosa fantástica, porque la experiencia y la sabiduría... Mienten como bellacos. Envejecer es una puta mierd»”, aseveró en el escenario, arrancando los aplausos de los madrileños.

Salió al escenario con su sempiterno bombín en la cabeza, y sin dirigirse al público. Tan solo quitándose el sombrero y reverenciándose ante sus entusiastas parroquianos, que no pararon de ovacionar al cantautor.