Jordi, el niño de 3 años que llevaba desaparecido 20 horas, fue localizado sano y salvo a 1,5 km de la casa rural de Camós (Girona). Estaba un poco desorientado y tenía frío. Pero se encuentra en perfectas condiciones, pese haber pasado la primera noche de 2016 a la intemperie, perdido en el bosque. Toda una aventura.

Esta historia ha tenido un desenlace feliz cuando la familia comenzaba a desesperarse. A Enric, el abuelo del pequeño que ayer llegaba abatido a Camós para estar con su hija, le costaba mantener algún tipo de esperanza. “Esta putada nos puede cambiar la vida a todos”, decía preocupado. “Solo tiene 3 años y ha pasado toda la noche solo”, remarcaba su mujer, la abuela del crío.

Fuentes cercanas a esta familia también explicaron que la posibilidad de que hubiera sido secuestrado empezaba a tomar cuerpo en su seno. Las características del terreno, se trata de una masia situada en lo alto de un monte que está rodeada de zarzales y vegetación espesa, combinada con el enorme dispositivo de emergencias desplegado para encontrarlo, reducían angustiosamente las posibilidades de que continuara todavía por la zona. Pero eso precisamente era lo que ocurría.

Los padres de Jordi son de Sant Feliu de Guíxols y habían alquilado una casa rural en Camós junto a otras parejas con hijos para celebrar la Nochevieja. Fueron de los primeros en llegar. Salieron del coche y, sin descargar las maletas, quisieron descubrir cómo sería la masía. Los niños se quedaron afuera. En cuanto entraron, regresaron solo dos. “¿Dónde está Jordi?”, les preguntaron, pero los pequeños se encogieron de hombros. Jordi ya no estaba.

Los propietarios de la masía de Can Ventós escucharon ladrar con insistencia a sus perros ayer. Cuando salieron a ver qué ocurría se encontraron con un niño de 3 años que se había extraviado. La comunicación de su hallazgo por la emisora levantó una ola de aplausos en el centro de coordinación montado junto a la casa. La confirmación llegó cuando el padre de Jordi se trasladó allí y comprobó que era él. H