La lenta recuperación económica mantiene a los jóvenes españoles en la cola del ránking europeo de desarrollo global, lastrados por las altas tasas de desempleo y precariedad laboral y su tardía edad de emancipación, aunque sí logran superar la media en aspectos como la salud o el uso de nuevas tecnologías.

España ocupa el puesto 24º de la UE en el Índice de Desarrollo Juvenil Comparado 2017, solo por delante de Grecia, Bulgaria, Italia y Rumanía, y muy lejos de los primeros de la tabla, encabezada por Dinamarca, Luxemburgo, Países Bajos y Finlandia.

Dicho índice, elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) en el marco del ProyectoScopio, que recopila datos a nivel nacional, europeo y autonómico, otorga a los jóvenes españoles una media de desarrollo de 4,83, más de un punto por debajo de la europea, que alcanza el 5,97.

No obstante, ese valor, obtenido del análisis de cinco dimensiones --empleo, emancipación, educación, vida y nuevas tecnologías--, es algo mayor que el de 2016, cuando fue del 4,45. Y es que el empleo y la emancipación son las grandes losas con la que se encuentran para escalar en su nivel de desarrollo: la edad en la que logran irse de casa, que se sitúa en los 29 años, no para de aumentar, debido a la precariedad laboral.