La lenta recuperación económica mantiene a los jóvenes españoles en la cola del ránking europeo de desarrollo global, lastrados por las altas tasas de desempleo y precariedad laboral y su tardía edad de emancipación, aunque sí logran superar la media en aspectos como la salud o el uso de nuevas tecnologías.

En concreto, España ocupa el puesto 24º de la UE en el Índice de Desarrollo Juvenil Comparado 2017, solo por delante de Grecia, Bulgaria, Italia y Rumanía, y muy lejos de los primeros de la tabla, encabezada por Dinamarca, Luxemburgo, Países Bajos y Finlandia.

Dicho índice, elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) en el marco del ProyectoScopio, que recopila datos a nivel nacional, europeo y entre comunidades autónomas, otorga a los jóvenes españoles una media de desarrollo de 4,83, más de un punto por debajo de la europea, que alcanza el 5,97.

No obstante, ese valor, obtenido del análisis de cinco dimensiones -empleo, emancipación, educación, vida y nuevas tecnologías-, es algo mayor que el de 2016, cuando fue del 4,45, y que el de 2009, que llegó al 4,70, si bien esa mejora ha sido inferior que la de otros países europeos, a los que la crisis castigó menos y de la que han sabido recuperarse más rápidamente.

Eso es lo que explica que, desde 2009, los españoles de entre 15 y 29 años hayan descendido hasta seis puestos en este ránking, pasando del 30º al 36º.

Y es que el empleo y la emancipación son las grandes losas con la que se encuentran para escalar en su nivel de desarrollo: aunque el índice del primero muestra una curva ascendente, no llega aún a niveles de 2009, mientras que la edad en la que logran irse de casa, que se sitúa en los 29 años, no para de aumentar, debido en gran medida a la precariedad del mercado laboral.