La jueza le dijo a Carolina Z. que se sacara con un aparato la leche del pecho, que la congelara y después se la diera al padre, del que se había separado, para poder alimentar a su hija cuando estuviera con él los fines de semana. La magistrada ha autorizado ahora a la madre a que se pueda desplazar al domicilio paterno o al lugar que acuerden los progenitores para amamantar a la pequeña. Los informes médicos han demostrado que la mujer no podía extraerse la leche.

La jueza de Mataró que ha acordado esta medida se ha ratificado en un nuevo auto en su decisión de principios de octubre de otorgar al padre de la niña de 11 meses un régimen de visitas que incluye varios días seguidos, por ejemplo en Navidad o fines de semanas enteros, a pesar de que es una lactante.

ADAPTAR EL RÉGIMEN DE VISITAS

La mujer solicitó en las medidas previas al divorcio que se adaptara el régimen de visitas para el padre a que ella le daba el pecho a la pequeña. La jueza reconoció que la niña había sido atendida sobre todo por la madre y que la menor combina la leche materna con papillas. Sin embargo, a la hora de dictar el régimen de visitas otorgó al padre jornadas y fines de semanas.

La mujer pidió a la jueza que aclarara el modo en que la madre podía dar el pecho a su hija o que le permitiera ir a casa de su exmarido para amamantarla. La magistrada ha aceptado esto último, a la vez que ha exhortado a los dos adultos a “realizar un esfuerzo de entendimiento en beneficio de su hija”.