La jueza que investiga el brote de listeriosis detectado en una empresa de Sevilla y que se ha saldado con tres muertos, siete abortos y 215 afectados decretó ayer el ingreso en prisión provisional y sin fianza de José Antonio Marín Ponce, gerente y propietario de facto de la empresa, y su hijo Sandro Marín, que figura como administrador único. Entiende que ambos serían responsables de tres supuestos delitos de homicidio por imprudencia grave, varios delitos de lesiones por imprudencia grave, delitos contra la salud pública y al menos dos abortos por tener conocimiento de que la bacteria estaba en sus instalaciones al menos desde diciembre del 2018 y no tomar medidas. La Junta de Andalucía ya ha presentado una querella contra la empresa, Magrudis, y estima en más de un millón de euros el coste sanitario de la intoxicación masiva que le reclamará

Fuentes judiciales confirmaron que después de más de dos horas de declaración, la jueza de instrucción 10 de Sevilla decidió enviar a prisión a los principales responsables de la empresa ante el riesgo de fuga, según la petición de la acusación particular y la Fiscalía, a cuyas preguntas decidieron no responder.

declaración // Tanto Marín Ponce como su hijo Sandro aseguraron que desconocían la obligación de informar a las autoridades cuando tuvieron conocimiento, el pasado mes de febrero, del positivo por Listeria monocytogenes en un lote de carne mechada. Además, insistieron en que sí avisaron a los proveedores, pero no recordaban qué hicieron con los elementos contaminados, aunque pensaban entonces que los habían tirado a la basura.

También señalaron ambos que, tras el aviso del laboratorio, limpiaron la nave industrial con lejía y recurrieron a otros laboratorios para repetir los análisis. Sin embargo, los agentes de la Guardia Civil no han podido corroborar estos extremos, de ahí que la magistrada decidiera encarcelarlos porque, como resaltó la fiscalía, demostraron una «falta de control» y una imprudencia repetida en el tiempo. En este sentido, la jueza reprocha en el auto que los envía a prisión, que sabían que la bacteria estaba en sus instalaciones «al menos desde diciembre del pasado 2018».