Un juzgado de Granada ha ordenado a una vecina de la localidad de Maracena, víctima de violencia de género, a la «inmediata restitución» de dos menores a Italia con su padre, quien por su parte alegó la «sustracción» de los niños de dos y diez años. Para la restitución, el fallo fija tres días a contar desde la firmeza de la resolución, contra la que la progenitora, Juana Rivas, interpondrá recurso la próxima semana, afirma Francisca Granados, responsable de Igualdad y del Centro de la Mujer de Maracena, que ha asesorado a la madre.

La jueza da dos opciones para devolver a los menores: o bien deberán regresar a Italia con la madre y ser entregados en el domicilio del padre; o bien este se trasladará a España a recogerlos. En caso de desobediencia, se tomarían medidas coercitivas.

ya fue condenado // Granados detalla que la madre, de 35 años, tuvo que escapar en mayo de Carloforte, en la pequeña isla italiana de San Pietro, junto a Cerdeña, en la que vivía con su pareja y padre de sus dos hijos, tras estar sometida según ella a una situación insostenible de violencia psicológica y física. El hombre fue en su día condenado por maltrato y se estableció la custodia del hijo mayor para Juana cuando todavía no había nacido el pequeño.

Mediante un convenio internacional de sustracción de menores, el padre pretende obligarlos ahora a volver tras casi tres años de supuesta tortura y aislamiento, detalla la directora del Área de Igualdad. Granados lamenta que en la resolución judicial no haya sido atendida la situación de violencia vivida por la madre y los niños y critica que, para justificar la devolución, el juzgado haya tenido en cuenta una valoración que se hizo a los menores por parte de un equipo psicosocial del Juzgado de Familia y no uno especializado en casos de violencia de género, por lo que no se considera el posible riesgo peligro para los menores.

Juana Rivas ha descrito el supuesto calvario que vivió con el padre de sus hijos, con el que vivía en una casa a ocho kilómetros del núcleo de población más cercano. «Tuve que escapar de allí, decidí regresar porque me prometió que iba a darme trabajo y una habitación, pero estaba aterrorizada», asegura la madre.