Todo lo que tenga una conexión inalámbrica y un chip inteligente es susceptible de ser hackeado, incluidos los juguetes eróticos que mediante Bluetooth se conectan con el smartphone y aportan información personal y delicada de los usuarios. Y no solo aquellos que se venden en páginas desconocidas o de dudosa actividad, sino también de los que se pueden encontrar en comercios como Amazon.

Se trata de dispositivos que se pueden manejar en remoto desde una aplicación instalada en el móvil, al que se conectan generalmente mediante Bluetooth y que no suele pedir una contraseña, como explica la compañía de cibserguridad Panda Security en un comunicado.

CONEXIÓN REMOTA

El protocolo red Bluetooth Low Energy, con la que funcionan la mayoría de estos aparatos, intenta localizar el dispositivo del usuario por medio de un rastreo de todos los dispositivos cercanos, por lo que otro usuario que se encuentre cerca puede establecer conexión con cierta facilidad.

El acceso de los ciberdelincuentes a este dispositivo puede suponer que configuren parámetros como la intensidad o la vibración de forma distinta a como lo quiere el usuario, lo que podría desencadenar lesiones, pero también el acceso a información sobre el usuario y sus hábitos de uso.

Información sobre cuándo y con qué frecuencia se usan estos dispositivos darían al ciberdelincuente datos suficientes para proceder a un chantaje. Si, además, el ciberdelincuente logra acceder a una webcam, ya sea a una integrada en este tipo de dispositivos o incluso a la cámara del móvil, puede acceder a fotos y vídeos privados e incluso filtraros en internet.

"El sexo sigue siendo uno de los temas que más tráfico genera en Internet y la pornografía es una de las puertas de acceso al que más rendimiento le sacan los hackers", asegura Hervé Lambert, gerente de operaciones globales de consumo de Panda Security.