Julián López, el Juli, protagonizó ayer una de las mejores tardes de su carrera. El madrileño cortó cuatro orejas en la Maestranza de Sevilla, dos de ellas simbólicas, e indultó al toro Orgullito, de la ganadería Garcigrande, segundo de su lote. Ya con el primero, Chumbo, se lució, pero cuando parecía que ya no cabía más magia, el Juli se destapó con una faena magistral que le valió para salir por la Puerta del Príncipe por quinta vez en su trayectoria. Lo hizo tras dar una clamorosa vuelta al ruedo acompañado del ganadero Justo Hernández.

El diestro aseguró estar «en una nube» en declaraciones a la televisión que emite la feria sevillana. «Que salga un toro con esa clase y en la Maestranza es un sueño. Desde la salida le vi las condiciones. Conocer la ganadería es bueno porque intuyes las cosas buenas que puede tener un toro. Lo he cuidado, lo he dejado tranquilo y el animal ha roto con una clase superior. Es muy complicado sentirse así. Venía ya colocado, empujando la muleta… ha sido un sueño. He pedido calma porque todavía me quedaba faena, todo guarda sus pasos y quería que el indulto fuera rotundo. Estaba convencido de que no lo iba a matar, ha sido inapelable», aseguró.

Aunque ayer era el día de Julián López, la tarde en la capital andaluza también contó con la participación de Enrique Ponce (que cortó una oreja) y de un Alejandro Talavante (silencio y silencio) que esta tarde repetirá junto a Sebastián Castella y José María Manzanares, en una corrida con toros de Núñez del Cuvillo.