Ataviados con sus adornos y pinturas tradicionales, tres líderes indígenas brasileños han recorrido este martes las calles de Valencia con una intensa agenda de encuentros con colectivos sociales, medios de comunicación y políticos. Así lo llevan haciendo durante el último mes por toda Europa para tratar de concienciar de que su lucha en defensa del Amazonas es la de todos.

La amenaza de la deforestación no es para los pueblos indígenas, es para el mundo. Es una guerra contra el mundo y el mundo la debe frenar. Nuestra parte la estamos haciendo y ahora hemos venido a concienciar, ha explicado Kreta Kaningang, miembro de la caravana que ha recorrido doce países, incluido El Vaticano, en 35 días.

La deforestación nos preocupa a nosotros pero se tiene que sensibilizar todo el mundo porque el Amazonas es el pulmón del mundo y si no cambia no podremos respirar mucho tiempo más, ha afirmado Sonia Guajajara, otra de las integrantes de la caravana y excandidata a la vicepresidencia del gobierno.

La jornada final de esta gira europea coincide con la publicación el lunes por parte del propio gobierno de Brasil de un informe que reconoce que entre agosto del 2018 y julio del 2019 el aumento de la superficie deforestada en el Amazonas creció cerca de un 30% respecto al año anterior y se elevó hasta los 9.762 kilómetros cuadrados, la mayor en una década.

Para la activista, la cifra y el aumento es un símbolo del propio gobierno de Jair Bolsonaro, al que corresponden siete meses de ese periodo y que cree que ha incentivado los incendios al dejar hacer a los grandes productores. El incremento es muy preocupante pero el dato es sólo de la Amazonia y está creciendo en todo Brasil, ha advertido.

Kaningang ha puesto como ejemplo El Cerrado, una inmensa sabana que se ha convertido en una de la grandes productoras de soja trasgénica y donde el aumento de la deforestación ha asegurado que es del 55%. Allí no hay montañas, pegan fuego, pasan las máquinas y ya está. Es mucho más fácil, ha apuntado.

Kreta Kaningang en el encuentro con los medios en Valencia / MIGUEL LORENZO

Además de la pérdida en sí misma que provoca, la deforestación ha recordado Guajajara es una amenaza para el modo de vida tradicional de los pueblos indígenas que habitan allí y lo es para el resto del planeta por la función conservadora que realizan.

Si no mantenemos nuestro modo de vida estamos en peligro. El 5% población mundial es indígena y debe proteger el 32% de la biodiversidad, así que la persecución de indígenas no nos afecta sólo a nosotros sino a todo el planeta. Bolsonaro es una amenaza para todo el planeta, ha subrayado

Guajajara ha sido muy crítica con el nuevo primero ministro pues ha asegurado que ha conformado un gobierno de ultraderecha, un gobierno fascista que niega los derechos de los pueblos originarios y que estimula violencia contra todos los que defiende derechos medioambientales.

Es importante la lucha por el clima y es urgente poner en valor el modo de vida de los pueblos tradicionales. No podemos esperar que sigan destruyendo el medio ambiente con un modelo económico que expulsa gente, que destruye medio ambiente y mata personas. La lucha de los pueblos indígenas es una lucha de todos, ha insistido.

CONTRA BOLSONARO Y TRUMP

Además, ha advertido de las funestas consecuencias que puede tener su alianza con el presidente Donald Trump para dinamitar los Acuerdos de París, que ha calificado como una de las últimas oportunidades para defender el clima globalmente.

La alianza de Bolsonaro con Trump es muy peligrosa. Por muy fuertes que sean ambos, el resto de países del acuerdo pueden dejar que acaben con el acuerdo. Debe haber un acuerdo entre los gobernantes y de la ciudadanía para frenar el calentamiento global, ha insistido.

La que fue candidata a la vicepresidencia del país ha asegurado que regresarán a su país con la certeza de que dejamos mucha gente sensibilizada para dar continuidad a esa lucha.

Hemos querido plantar una semilla en cada lugar, ha señalado Guajajara que ha recordado que ninguna lucha triunfa si se hace de forma aislada, no hay transformación si no hay espíritu colectivo.