Hay quien confunde un simple catarro con la gripe. No es raro. Esta infección coincide temporalmente con otras enfermedades respiratorias víricas y, además, comparte varios de los síntomas más conocidos. “Pero no todo lo que la gente llama gripe lo es. ¿Se siente usted como si le hubieran dado una paliza o le hubiera atropellado un camión? Probablemente entonces tenga una gripe”, explica la doctora María Garcés, pediatra miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP) e investigadora adscrita al área de vacunas de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (FISABIO).

La gripe, a diferencia de otros cuadros víricos, se caracteriza por la intensidad y duración de sus síntomas. “Cursa con intensos dolores musculares, a los que los médicos nos referimos como ‘mialgias’, y fiebre muy elevada que puede llegar a los 40 grados e incluso sobrepasarlos. Además, al dolor muscular le acompañan un dolor de cabeza importante, escalofríos y dolor de garganta”, detalla la especialista. Y así, durante un período de entre 5 y 7 días en el que nuestro organismo “batalla” prácticamente solo para librarse del virus porque “no hay un tratamiento específico. Solo podemos utilizar medicamentos que nos ayudan a aliviar los síntomas, mientras esperamos que nuestras defensas hagan el resto”, añade.

Riesgos, complicaciones y prevención

Se estima que entre un 5 y un 10% de adultos y entre un 20 y un 30% de niños enferma de gripe cada año. Aunque en la mayoría de los casos cursa de forma leve, hay ocasiones en que esta "guerra" contra el virus nos puede pasar factura “porque quedamos expuestos a otras infecciones que, aprovechando este momento de debilidad, producen complicaciones como la neumonía”, alerta la doctora.

Menores de un año, embarazadas, ancianos y personas con enfermedades crónicas como asma, diabetes, bronquitis o problemas de corazón son los grupos de riesgo más proclives a sufrir estas complicaciones y, por tanto, aquellos a los que se recomienda la vacuna antigripal como medida de prevención más eficaz. Además, no hay que olvidar que la vacuna está dirigida también a proteger a las personas que conviven con estos grupos de riesgo o que prestan servicios esenciales a la comunidad. Es el caso de los profesionales sanitarios.

La Dra. Garcés ya se ha vacunado. “Considero que es un deber ético y moral, un acto de solidaridad para con nuestros pacientes. Si yo, por ejemplo, estoy incubando una gripe, los síntomas no van a aparecer hasta al menos 48 horas después, pero yo ya estoy eliminando virus que pueden contagiar a otras personas. Imagina que en ese plazo yo viera en mi consulta a un bebé recién nacido… podría contagiarle la gripe a un niño con un elevado riesgo de sufrir complicaciones. Me vacuno, por tanto, por mis pacientes y por mí, para protegerme y protegerles de la enfermedad”, explica.

¿Por qué hay que revacunarse cada año?

La campaña anual de vacunación se repite cada otoño y precisamente una de las preguntas más frecuentes es: “¿Por qué necesito recibir una nueva vacuna contra la gripe cada año?”. “El virus de la gripe es muy complicado -responde la doctora-. A diferencia de otros virus que son muy estables, como el sarampión, el de la gripe ‘cambia’ de aspecto con mucha facilidad, como si se disfrazara, y de esa manera consigue ‘engañar’ a nuestro sistema de defensa e infectarnos”.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay cuatro tipos de virus de la gripe, A, B, C y D; siendo los dos primeros los causantes de las epidemias estacionales en humanos y, por tanto, los que se incluyen en las vacunas para que el cuerpo pueda protegerse con tiempo frente a ellos. Mientras que los virus tipo A mutan con mucha facilidad y pueden clasificarse en diferentes subtipos según las combinaciones de las dos proteínas de su superficie, los virus de la gripe del tipo B pertenecen solo a dos “familias” o linajes: B/Yamagata y B/Victoria.

Como insiste la experta, “todavía no se ha conseguido una vacuna que nos proteja frente a todos los ‘cambios’ del virus, por eso es importante vacunarse todos los años, porque la vacuna es distinta y está diseñada para protegernos frente al virus que circula esa temporada". La vacuna puede ser trivalente -contener tres cepas, los dos subtipos gripales tipo A y sólo un linaje tipo B- o tetravalente -con cuatro cepas, las dos del tipo A y también las dos del tipo B. De hecho, esta última es la que, desde el año pasado, recomienda la OMS como estándar de protección.

Objetivo: aumentar las coberturas

El objetivo de la actual campaña de vacunación de gripe es, según ha establecido el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, vacunar al 65% de las personas mayores de 65 años y al 40% de los profesionales sanitarios y embarazadas. La finalidad es ir acercándose al objetivo establecido por la OMS y la Comisión Europea de lograr coberturas de, al menos, el 75% en el grupo de mayores “tan pronto como sea posible”, así como de aumentar la vacunación en profesionales sanitarios y grupos de riesgo.

El año pasado la cobertura en España se quedó en el 55,3% en mayores de 65 años y en el 38,1% en profesionales sanitarios, pues como la investigadora advierte: “La población no es consciente aún del riesgo que supone pasar una gripe de verdad”. Pero lo cierto es que “en la actualidad se sabe que esta enfermedad te incrementa el riesgo de tener un infarto o un ictus. En los estudios realizados por el área de vacunas de FISABIO, dependiente de la Consellería de Sanitat i Salut Pública de la Comunidad Valenciana, ya encontramos que la vacunación antigripal en población adulta disminuye tanto el riesgo de neumonía como de infarto”, destaca.

“Las vacunas antigripales no son perfectas, pero la realidad es que hasta ahora han demostrado ser herramientas eficaces y seguras para evitar las complicaciones de padecer la enfermedad. La población debe ser consciente de que la gripe no es una enfermedad banal y que protegerse frente a ella es uno de los hábitos de vida saludable que debiéramos tener en consideración”, concluye la Dra. María Garcés.