El estrés crónico mata y está relacionado con más del 80% de las enfermedades, alerta Víctor Vidal, experto en medicina laboral e inspector de la Seguridad Social, decidido a combatir la angustia que muchos empleados sienten hasta el punto de quemarse como una cerilla ante la pasividad e incluso burla de sus jefes y compañeros. «Hay que crear departamentos de bienestar» que cuiden la salud emocional en las empresas, proclama Vidal en la Fundación Ramón Areces, donde expuso que el estrés activa miles de oncogenes, provoca ictus, demencias tempranas, envejece y predispone a la depresión, la segunda causa de discapacidad en el mundo a partir del próximo año. Una alimentación saludable en la que no falte el chocolate es fundamental para prevenir y mitigar el estrés crónico, receta Vidal antes de recomendar con firmeza leer el periódico en papel para reducir las dosis de cortisol en el cerebro.

La OMS ha incluido el síndrome del trabajador quemado (burnout) en la clasificación internacional de enfermedades. ¿Cuáles son los síntomas de esta dolencia?

—Son síntomas psíquicos. Agotamiento, cansancio, tristeza, mal humor, apatía y aislamiento que predisponen al que lo sufre a abusar del tabaco, del alcohol, de las drogas y de los psicótropos.

Es que hay trabajadores que reconocen estar quemados.

—Es el primer paso para adoptar medidas y prevenir esta enfermedad, y también el estrés crónico.

¿Qué tipo de medidas?

—En las empresas habría que crear departamentos de bienestar para velar por la salud emocional de todos los trabajadores como los que hay ya en Suiza y Estados Unidos. Es fundamental ilusionar al equipo, fomentar su creatividad y poner atención en la importancia de la alimentación para prevenir este tipo de enfermedades.

—¿En qué se diferencia el burnout del estrés?

—El burnout tiene efectos siempre negativos. El estrés bueno o estrés sirve para motivarnos, el distrés, por el contrario, puede llevar al estrés crónico cuyos efectos en la salud son más físicos que psíquicos.

—¿Qué provoca esta sensación de estar quemado en el trabajo o de padecer un estrés crónico?

—La falta de ilusión y motivación, la monotonía, el aislamiento y, sobre todo, el que las empresas no sean capaces de resolver los conflictos internos antes de agravarse. Cuando el cortisol (hormona del estrés), se dispara es capaz de alterar todo el organismo.

—Dígame por favor qué debo comer para bajar los niveles de cortisol en mi cerebro.

—Chocolate con al menos un 70 por ciento de cacao, ostras, espárragos, almendras, pistachos y cualquier alimento que no esté procesado y que contenga oligoelementos y vitaminas esenciales para la regeneración celular.

—Más recomendaciones para combatir el estrés crónico.

—Hay que hacer ejercicio físico todos los días, aprender a respirar, meditar y mimarse. Leer el periódico en papel reduce el estrés porque pone en funcionamiento tres sentidos: el tacto, el visual y el olfato que huele la tinta.

—¿Cómo afecta un fuerte estrés a la salud física y mental?

—El estrés mata. Es cinco veces más perjudicial que el alcohol o el tabaco. Aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, cerebrales, dermatológicas y neurológicas. Además, el estrés crónico agrava las enfermedades que ya tenemos, acelera el envejecimiento, altera las conexiones neuronales provocando demencias tempranas, y reduce el hipotálamo incrementando el riesgo de sufrir ictus e infartos.

—¿Qué síndromes psicosomáticos conlleva?

—Un estrés crónico prolongado puede llevar a la depresión, que según la OMS será en el 2020 la segunda causa de discapacidad en todo el mundo.

—Hay quien relaciona el estrés con el cáncer.

—La relación directa no está probada pero sí que el estrés crónico hace que el cáncer de mama evolucione más rápido, aumente las metástasis y reduzca el efecto de la quimioterapia.

—Supongo que cuando un trabajo te genera mucha angustia es mejor dejarlo.

—Tal y como están las cosas esa es una decisión muy dura. El miedo a perder el trabajo agrava la enfermedad. Lo mejor es tratar de encontrar las causas que originan ese estado e intentar revertirlas.

—¿Comprenden los jefes y los compañeros que uno esté quemado o padezca estrés crónico?

—No, al revés, suelen machacar al compañero porque son enfermedades estigmatizadas. Hasta ahora se decía que no hay trabajo sin estrés y no es así, se puede trabajar muy bien cuando el ambiente en la empresa es el idóneo.

—¿Cómo incide en la productividad de una empresa contar con trabajadores felices?

—Aumenta un 30% y el absentismo se reduce a la mitad.

—¿A qué trabajadores afecta más el estrés crónico?

—A los corredores de bolsa, periodistas, controladores aéreos y personal sanitario.

—¿Evolucionan nuestros directivos hacia prácticas menos autoritarias y más participativas para mejorar el ambiente laboral?

—Poco a poco los directivos se van dando cuenta de que tener autoridad no es ser autoritario. Se puede tener autoridad motivando y respetando los valores humanos del trabajador.