La Policía Nacional y los Mossos han liberado a un hombre que permaneció once días secuestrado y sedado. La víctima, un ciudadano de origen serbocroata y nacionalizado holandés, regresaba a su domicilio en Lloret de Mar (Girona) cuando fue asaltado por varios individuos que le golpearon, drogaron y taparon los ojos para luego obligarle a entrar en el maletero de un vehículo a punta de pistola. Poco después, los secuestradores se pusieron en contacto con su esposa para exigirle el pago de 1,5 millones de euros a cambio de liberarlo con vida. Tras varios días en los que fue cambiado de lugar de cautiverio en diversas ocasiones, los investigadores averiguaron que se encontraba en algún punto entre Toledo y Madrid. El operativo desplegado momentos antes del pago del rescate culminó con su liberación en la localidad toledana de Casarrubios del Monte y con el arresto de cuatro personas implicadas en el rapto. Al día siguiente se detuvo a una quinta persona en un domicilio ubicado en la provincia de Madrid.

1,5 MILLONES DE EUROS

El secuestro se produjo a mediados del mes de junio. La víctima fue abordada por varios individuos que vestían chalecos de policía. Cuando alcanzaron al hombre, le golpearon para reducirle, le taparon los ojos y le administraron diversos barbitúricos y benzodiacepinas para facilitar el secuestro. Tras la administración de más medicamentos hipnóticos y después de trasladarle a otro lugar, obligaron a la víctima de vestir unas gafas tapadas con cartón que le impedía la visión y una gorra para dificultar su identificación, y le trasladaron de nuevo en coche hasta una zona ubicada entre Madrid y Toledo.

La esposa de la víctima denunció el secuestro ante los Mossos, a los que manifestó que había recibido una llamada de los secuestradores en la que le exigían el pago de 1,5 millones de euros a cambio de liberar a su marido con vida. Los agentes pudieron comprobar que se trataba de un grupo criminal experimentado y con origen en el este de Europa. Las pesquisas realizadas apuntaban además a que los secuestradores podrían encontrarse en Madrid y que el secuestrado podría estar en algún lugar entre Madrid y Toledo. Por este motivo se estableció un equipo conjunto con la Policía Nacional.

Los captores contactaron nuevamente con la familia del secuestrado y les dieron un ultimátum contra la vida del rehén, fijando un aparcamiento de un hotel situado en la autovía A-42 como punto para hacer efectivo el pago del rescate.

EN TOLEDO

Los investigadores localizaron entonces el vehículo de uno de los sospechosos en Toledo, en la localidad de Casarrubios del Monte. Unas horas antes de la cita para hacer el intercambio observaron cómo sacaban a la víctima del piso y le intentaban introducir sentado en una silla de ruedas en la parte posterior de una furgoneta, pero al parecer detectaron que estavab siendo vigilados e intentaron volver a esconderse en la vivienda.

Esta circunstancia precipitó el desarrollo del operativo previsto. La rápida acción policial permitió rescatar a la víctima sin que sufriera ningún daño y detener todos los miembros del grupo, salvo uno de ellos que escapó por el tejado de un edificio anexo. La víctima, que fue trasladada al hospital de Móstoles semi-inconsciente.

El presunto líder de la banda es un ciudadano rumano que había cursado estudios de medicina en Madrid y realizaba las prácticas en un hospital madrileño, siendo quien proporcionó al empresario medicamentos hipnóticos para facilitar su secuestro.