Los jefes de estado y de gobierno de la UE deben decidir este jueves si aprueban el objetivo de convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro en el 2050. Una respuesta positiva daría alas al Pacto Verde propuesto por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y enviaría una señal inequívoca del compromiso de los 28 con la nueva estrategia de transición ecológica y económica. Un nuevo bloqueo sería una señal catastrófica en un momento clave, con la COP25 a punto de clausurar sus trabajos en Madrid. De momento, todo apunta a un choque de trenes.

Tres países, Polonia, Hungría y República checa, siguen a estas horas bloqueando la aprobación de las conclusiones por temor a las consecuencias financieras que tendrá para sus respectivas economías la puesta en marcha de los nuevos planes verdes. Aunque no se oponen per se al objetivo quieren garantías de que recibirán dinero suficiente para lograr la reconversión necesaria, que según los planes de Bruselas debe ir acompañada de un mayor recorte de emisiones del CO2, que proponen elevar del 40 al 50% para 2030.

Si quieren llegar a la neutralidad climática tienen que entender que cada país tiene un mix energético distinto y que tendrá distinto coste. A la Republica checa le costará más de 30.000 o 40.000 millones. Hay que discutir antes de prometer nada, ha avisado el primer ministro checo, Andrej Babis a su llegada al Consejo Europeo.

Von der Leyen ha propuesto movilizar 100.000 millones de euros en los próximos siete años y centrar las inversiones en los países más rezagados y dependientes de los combustibles fósiles, como los tres países críticos, pero de momento no está claro de donde saldrá el dinero ni si será suficiente. La propuesta además no llegará hasta enero y está directamente vinculada con otra batalla que sigue encallada: la negociación del presupuesto de la UE para el período 2021-2027 y sobre la que también hablarán este jueves los líderes europeos.

¿ES LA ENERGÍA NUCLEAR VERDE?

Como telón de fondo, además, el tipo de mix energético que deben tener los países para lograr la neutralidad. El último borrador de conclusiones reconoce la necesidad de respetar el derecho de cada Estado miembro a fijar el mix energético que elija y la tecnología más apropiada. Un terreno minado entre los países que ven a la nuclear como energía verde, y por tanto financiable con recursos para el clima, y quienes se oponen a ella. Sin nuclear no será posible para la República checa. Es gracioso que Austria, que se opone al nuclear, proteste porque producimos energía para ellos. Puede que deberían saber que si hacemos ahora la neutralidad de carbono se quedarán sin energía, ha avisado el checo augurando que dará batalla en la negociación de este jueves.

Menos severos que el checo han llegado a la cita los representantes de Hungría y Polonia aunque también han dejado claro que su apoyo no está ganado y que antes quieren más garantías. Hungría está preparada para adherirse al acuerdo sobre el objetivo de neutralidad climática de la UE pero debemos evitar que los burócratas de Bruselas hagan que los países pobres y la gente pobre pague. Queremos garantías financieras claras y sin energía nuclear no habrá una economía europea neutral en carbono, ha avisado. Por su parte el primer ministro polaco, Mateusz Morawieki ha dejado claro que su país no puede aceptar un modelo de transformación que dañe a la sociedad polaca y ha cifrado el coste en 505.000 millones de euros.

Tres voces que auguran una discusión complicada pese a los llamamientos de los líderes europeos a enviar este jueves una señal de que Europa se compromete con la neutralidad. Hace 8 meses éramos ocho a favor de la neutralidad de carbono en 2050. Hoy somos 25 o 26. Pienso que podemos llegar. Hay que encontrar el buen mecanismo para dar confianza pero podemos lograrlo, ha zanjado el presidente francés, Emmanuel Macron.