Anunciado en el 2016 por su creador Hideo Kojima (Setaya, Tokio, 1963) tras romper de manera abrupta su relación con Konami, compañía en la que había trabajado desde sus inicios de programador y tras un periodo de desarrollo que puede considerarse breve para el standard de la industria de los videojuegos, Death Strading sale hoy a la venta. Sony se encarga de su publicación y Kojima Produtions del desarrollo. Pero, ¿qué podemos esperar de esta nueva obra del creador japonés?

Kojima ha admitido ser un cineasta frustrado. Este hecho se traduce en sus juegos en una narrativa cuidada y en dotar al argumento de un peso importante. En esta ocasión se ha rodeado de un elenco de estrellas de Hollywood que prestan su imagen a los personajes del juego. Empezando por su protagonista, Norman Reedus ('The Walking Dead'), al que se añaden Mads Mikkelsen ('Hannibal'), Guillermo del Toro ('La forma del agua'), Nicolas Winding Refn ('Drive'), Léa Seydoux ('Spectre'), Margaret Qualley ('The Leftovers') o el mismísimo Conan O’Brien, fan declarado de la obra del autor. Un reparto de película. Parece que no hay nada más 'cool' en Hollywood actual que salir en un juego de Kojima. Pero esto no es una película, es un videojuego.

En Death Strading encarnamos a Sam Bridges, un enigmático personaje que tiene por misión conectar a una sociedad dividida. Nuestro objetivo es establecer hilos entre los seres humanos que habitan este mundo futurista. En los avances y ‘gameplays’ vemos como una especie de repartidor del futuro lleva objetos de un lugar a otro. También hay combates y unos bebes que sirven para establecer conexiones. Todo muy confuso, la verdad. Kojima es un maestro a la hora de mostrar y ocultar lo que le interesa. Las sorpresas y las respuestas las deja para los jugadores.

“La era actual se basa en el individualismo”, comenta Kojima. “Podemos estar conectados a través de Internet más que nunca, pero lo que sucede es que las personas se atacan más entre ellas precisamente porque estamos muy conectados”. Y agrega: “Cuando estamos conectados tenemos una responsabilidad mutua. Pero las redes sociales no parecen tener esa responsabilidad”.

El juego tiene también una importante carga política. “El presidente Trump, en este momento, está construyendo un muro. Luego, tenemos el Brexit, con el que el Reino Unido está tratando de abandorar la UE: parece que hay muchos muros y personas que solo piensan en sí mismos”, comenta el creador.

Otra de las novedades de Death Stranding es como afronta el aspecto online del juego. Nuestras acciones tendrán consecuencias, no solo en nuestra partida sino en las del resto de jugadores con los que se intercambiaran objetos en un nuevo sistema online denominado asincrónico. Es decir, no contará con un modo cooperativo o de enfrentamiento entre jugadores, como es habitual en otros juegos, sino que se basará en cómo se comparten objetos que pueden facilitarnos la aventura y descubrir nuevas rutas. Además, evitará poner a disposición de los jugadores objetos que permitan interactuar de manera negativa.

Death Stranding es el juego con más notas perfectas en una única plataforma (PS4) en el 2019, pero poco se sabe de su jugabilidad. Kojima ha sido extremadamente cuidadoso en filtrar información sobre su obra. Sabemos que no habrá pantalla de game over, que cuando el jugador muera se trasladará a otra dimensión desde la que intentará volver a la vida, que dormir o comer se hará en tiempo real y que se ha puesto mucho empeño en crear el suelo más realista de la historia de los videojuegos, pero poco más. El resto habrá que descubrirlo jugando.

“Es como jugar a un juego dentro de un juego”. Estas palabras pronunciadas por mi hijo tras pasar una tarde jugando al “Metal Gear Solid V: The Phantom Pain” (2015) son, a mi parecer, las que mejor definen los juegos de Hideo Kojima. Juegos dentro de juegos, con narradores poco fiables, incluso los menús son un juego en sí. Juegos en los que no se trata de completar misiones de manera lineal sino en los que cada jugador puede jugar a su manera: ir rápido, dar un rodeo o incluso encontrar una solución que ni al mismo autor se le había ocurrido. Estas son las señas de identidad de Kojima y por eso cada nueva entrega de uno de sus juegos levanta expectación en la comunidad gamer, pero también fuera de ella. Es lo que pasa con los artistas cuando crean algo en cualquier disciplina.