Centro comercial de San Sebastián, siete de la tarde. A una mujer le llama la atención la cara de una joven adolescente. De golpe, se cuenta de por qué: es el de la niña que buscan en Cataluña. La clienta avisa a la Ertzaintza pero cuando los agentes llegan ya no hay rastro de ella. Se movilizan para buscarla por las inmediaciones del centro y aparece al cabo de pocos minutos en una biblioteca. Se acercan, le preguntan si es Martina Alemany y la joven responde que sí. Este es el relato de la aparición de Martina que la policía vasca le contó al padre de la joven y que este explicó a El Periódico de Catalunya.

Es el final feliz de una historia que había comenzado 36 horas antes en Barcelona, con la misma protagonista, marchándose de su domicilio --posiblemente-- hasta la estación de Sants. Entonces su cara no llamó la atención a nadie. Faltaban todavía unas horas para que esta se convirtiera en la más buscada de Cataluña.

Martina, el pasado lunes se levantó más pronto que de costumbre. Les dijo a sus padres que tenía que marcharse antes porque necesitaba hacer fotocopias. Cogió su mochila rosa y cerró la puerta. Al pasar junto a los buzones de la entrada de la finca, introdujo una nota por la rendija por el suyo y desapareció.

CLASES Y MÉDICO // Las clases de primero de Bachillerato en el colegio Ipsi comienzan a las ocho de la mañana. Cuando ayer lo hicieron, Martina no estaba en su pupitre. Esta ausencia podía deberse a que estaba haciendo novillos para preparar el examen que tenía a la una. Llegó la hora del control y tampoco apareció. A las 14.15 horas tenía programada una visita médica en el Hospital Clínic. Estaba previsto que la joven recibiera en este centro médico un tratamiento para el trastorno alimentario que sufre desde hace más de un año y medio. Tampoco acudió.

La inquietud se transformó en alarma y sus padres se marcharon a una comisaría de los Mossos d’Esquadra para presentar una denuncia. Su madre, Ester, pidió ayuda en su Facebook y la noticia en pocas horas se había compartido «más de 30.000 veces». Sobre la una de la madrugada, Ester tenía la casa llena de personas que «necesitaban hacer algo». Se repartieron los barrios y salieron a patrullar.

Mientras esta batida nocturna se llevaba a cabo, la madre se pasó toda la noche estrujándose el cerebro imaginando donde podría estar su hija. En realidad, Martina había pasado la noche entera en un portal de San Sebastián. A primera hora del martes, el padre encontró la nota que había dejado Martina en el buzón. La joven confirmaba que se había marchado voluntariamente.

INVESTIGACIÓN // Los Mossos habían empezado ya una investigación para dar con su paradero. Tras entrevistar a los padres y al entorno más próximo de la joven, intentaron también geolocalizar su teléfono móvil, pero la joven lo había dejado en su habitación. Lo que sí resultó de gran ayuda fue escudriñar su ordenador. Las últimas fotos que se habían buscado eran de San Sebastián. Los Mossos dieron a la Ertzaintza un aviso que ha terminado siendo clave para localizarla.

Queda la incógnita de saber qué habría pasado si la mujer no hubiera reconocido una cara tan famosa gracias a la reacción popular en las redes sociales. Por eso, los padres no se cansan de dar las gracias por una movilización sin precedentes.