Lali Sánchez ha logrado, tras 20 días de incomunicación, escuchar a su madre y saber que se encuentra con vida, pero para ello ha tenido que acudir 'in situ' a la residencia donde vive, la 'Isabel La Católica' de Madrid, una de las intervenidas ayer directamente por la Comunidad de Madrid.

Sánchez ha explicado en declara que desde el 12 de marzo no había podido escuchar la voz de su madre, que tiene Alzheimer, y que se encuentra desde entonces "atada a una silla" y aislada en su habitación. "He llamado todos los días, hasta seis y diez veces todos los días. Esta tarde lo he vuelto a hacer pero me dicen que es imposible, que no me pueden pasar con nadie", ha afirmado, por lo que ha decidido acudir en persona al centro.

"Me han dicho que está bien, pero no me han querido pasar con ella. Con los casos que estamos viendo en residencias y no he podido decir hola a mi madre desde hace 20 días. Me parece inhumano, las personas muy graves es lógico que contacten con familiares. A mí y a mucha gente le pasa. Nos quejamos del oscurantismo que tienen ahí metido y no nos dicen la verdad. Las razones que nos dan todos los días es que están muy ocupados. Pero yo tengo que hablar con ella, escucharle decir que está bien, saber que está viva", ha expresado.

Lali ha conseguido entrar a la residencia. Justo le estaban dando la cena y ha logrado que le pasaran un teléfono. "Le he escuchado hablar. Me voy feliz y contenta. Tienen circunstancias difíciles. Me dice el director que ha fallecido gente, como en otras residencias, y que hacen todo lo que pueden porque tienen muy poco personal", ha dicho.

El director le ha comunicado que todavía no se ha puesto en contacto con él nadie de la Comunidad de Madrid, que ayer anunció que iban a sumir la gestión directa de este otros siete geriátricos de la región. Días anteriores, el director le había comentado que la situación en la Isabel La Católica "estaba controlada, que se aislaba a los mayores por seguridad y que estaban contactado con geriatras del Hospital de Paz".

Más de 30 fallecidos

Según varios familiares de residentes, en el centro, de 175 plazas situado en el barrio de la Ventilla, han muerto este mes una treintena de ancianos, muchos de ellos con síntomas de coronavirus. Además, hay una treintena de mayores contagiados aislados y una veintena de trabajadores de baja. Precisamente, ayer varios bomberos madrileños junto a militares de la UME acudieron a descontaminar la residencia.

Estos parientes, que han colocado flores a la entrada de este geriátrico por los difuntos, han criticado la ausencia de información que les dan sobre el estado de salud de sus seres queridos y de la escasez de medios con los que cuentan enfermeras y auxiliares.

"He llamado más de 20 veces, no me contestan y dicen que ya llamarán, pero no llaman", dijo ayer Antonio, quien tiene ingresada a su madre de 87 años. Solo ha recibido una llamada para comunicarle que tenía fiebre y no ha vuelto a saber nada más.