Uno de cada tres niños británicos sale de la escuela primaria con obesidad. Se trata de un dato especialmente alto en comparación con el resto de la Unión Europea que el Gobierno británico quiere atajar. Por ese motivo, el Ministerio de Sanidad y Bienestar Social quiere vetar los anuncios de cadenas y productos azucarados antes de las nueve de la noche en televisión e internet.

La polémica llega después de una campaña publicitaria de McDonald’s que, bajo el título Monopoly, incita a hacer una carrera aumentando el consumo de patatas fritas, hamburguesas y bebidas azucaradas para lograr viajes al extranjero y coches.

Este veto no solo se aplicaría en la televisión, sino también en internet. El ministro de Salud Pública, Steve Brine, dijo que el Gobierno se prepara para tratar a «más y más niños por los efectos de la obesidad extrema».