El loro de un hombre que fue asesinado puede servir como prueba para inculpar a su esposa del crimen. Bud, un loro gris africano, podría saber quién mató a Martin Durham en su casa el pasado mes de mayo en Estados Unidos.

Semanas después del asesinato, Bud empezó a reproducir fragmentos de una discusión. "No dispares, joder", grita el pájaro de vez en cuando, angustiando más si cabe a los padres del fallecido. "A veces Bud habla con la voz de Martin", dice su exmujer, que ahora se hace cargo del ave.

Nadie, hasta el momento, había sido acusado del asesinato. En un principio se pensó que era un doble crimen pues se hallaron el cadáver de Durham con cinco tiros y el de su mujer con uno en la cabeza. No obstante, ella sobrevivió. Glenna, la esposa, tras haberse recuperado y haber asegurado que no recuerda nada, está siendo investigada por la policía por el asesinato de su marido y su intento de suicidio. Al parecer, la mujer de Martin había dejado en varias ocasiones notas de suicidio para su exmarido y sus dos hijos.

SIN DUDA ES UNA PELEA

Los loros grises africanos acostumbran a imitar lo que escuchan y pueden hacerlo aunque lo hayan oído tan solo una vez. Tras llevar las grabaciones a una casa de aves y consultar a la propietaria, esta asegura que "lo que reproduce este loro sin duda es una pelea entre una mujer y un hombre", asegura tras ver el vídeo en el que el ave no deja de repetir "no dispares joder".